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15. Manteniendo una D

 Previo: 14. Verdaderos creyentes Dan Djurdjevic es escritor a tiempo completo que vive en Perth, Australia Occidental, con su esposa y sus dos hijas. Es un exabogado, maestro de artes marciales tradicionales de toda la vida, ocasionalmente un presentador de radio ('The Combat Sports Hour' en 91.3 SportFM), bloguero galardonado, ingeniero de sonido, guitarrista y cantautor. Es autor de 4 novelas y una recopilación de cuentos. También ha escrito un libro de instrucción sobre artes marciales que ha sido un éxito de ventas. Puede encontrar más información sobre Dan en su página web: http://www.dandjurdjevic.com .

14. Verdaderos creyentes

 Previo: 13. El fin del mundo Si tan sóo tuviéramos una segunda oportunidad en la vida... Lleva al lector en un viaje “en vivo” por Australia. Mi imaginación especulaba horas extras sobre lo que podría pasar a continuación. Me encontré descuidando los quehaceres del hogar por tal de leer este libro. – Bailey Mantukit Me encanta la forma juguetona en que aborda la idea de la autorreflexión... El libro más cómico que he leído en mucho tiempo… Inagotablemente ingenioso. Personajes, situaciones y diálogos divertidísimos. DD debería considerar escribir guiones para comedias. – Ian Reid Original, divertido y capaz de hacer reflexiónar. Fácil de leer, pero ofrece material filosófico para cavilar más profundamente sobre nuestro propio lugar en el tiempo y lo que hacemos con nuestra vida. Altamente recomendado. – Tania Ficción imaginativa y bien escrita ambientada en mi ciudad natal de Perth. Después de unas pocas páginas ya me tenía envuelto en querer que Dan dejara su vida miserable y su ...

13. El fin del mundo

 Previo: 12. Ármame un abrazo Esta novela fue escrita casi por completo durante ‘tiempo robado’: tiempo robado entre tandas de lavado, entre revolver la pasta y entre pasar la aspiradora por diferentes habitaciones. Se lo robé a mi perro (pobre Timmy), a las comidas, a entrenar en el gimnasio y a la televisión, las películas y la lectura; en general, al tiempo de ocio. Sobre todo se lo robé al sueño: promedié cuatro horas por noche durante casi los tres meses completos de este proyecto. Pero esa no es toda la historia. Para entender la génesis de este proyecto, tengo que llevarte de vuelta a los años ochenta, durante el apogeo de los ‘Hunters and Collectors’. Me volví fan de los susodichos bastante tarde en su trayectoria. Fue en 1986 cuando escuché por primera vez su canción ‘Say Goodbye’ y debo decir que me resultó inquietante: la línea de bajo contundente y la batería resultaban perturbadores, y la voz angustiada de Mark Seymour parecía atravesar mi carne, agarrarme la columna v...

12. Ármame un abrazo

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 Previo: 11. Verdaderas lágrimas de alegría Domingo, 30 de marzo de 2014, 8:05 PM Es de noche, el sol se ha puesto en King’s Park. (Nota del traductor: Un parque público de Perth, muy popular y concurrido, famoso por sus vistas panorámicas). Justine siente el frío de la brisa susurrante y arropa un chal sobre sus hombros. Estamos en ‘The Green’ (no pude conseguir mejores entradas), esperando, durante un intermedio. Acabamos de escuchar a una de las bandas teloneras, ‘Something for Kate’. Los ‘Hunters and Collectors’ vienen a continuación. Estamos sentados sobre la manta de picnic a cuadros azules de Frank: la misma que ha tenido desde siempre y la misma que probablemente tiene una copia en todas sus propiedades. Todavía se ve el agujero que quemé en una esquina durante ‘Carols by Candlelight’ en 1992. (Nota del traductor: ‘Carols by Candlelight’ es un espectáculo navideño que se ha convertido en una tradición australiana. Aunque comenzó en Melbourne, se ha corrido a múltiples ciuda...

11. Verdaderas lágrimas de alegría

 Previo: 10. Todo está en llamas Jueves, 13 de marzo de 2014 Existe un muy conocido estereotipo: la ‘madre tigre’ asiática. Amy Chua ha tenido mucho que ver en popularizarlo pero, en mi opinión, no es su invención. De todos modos, como generalización, resulta bastante acertada en mi caso. Mamá era bajita y delgada, pero intensa – y feroz como ninguna. El polo opuesto de mi padre: parsimonioso, alto, ligeramente encorvado y con una risa estruendosa. Donde papá era más que feliz en dejarme pasar horas con mi cuaderno de bocetos, mamá me acosaba incesantemente para que hiciera mis tareas y practicara el violonchelo (instrumento que ella elegió por mí). No le daba valor alguno a mis dibujos: los llamaba ‘garabatos’. Por desgracia, aunque obtenía satisfacción al hacer bien mis tareas, me temo que la música me resultaba indiferente, y en particular el violonchelo. Nunca se lo dije a mamá: presentía que le habría roto el corazón. Pero mi sentir era sin duda evidente gracias a mi progreso ...