Posts

7. Chica imaginaria

Previo: 2. Nosotros, el gente Sábado, 1 de marzo de 2014, 7:56 AM 'Inténtalo de nuevo, Zar', digo. Estamos en el estudio de grabación. Zar está en un micrófono (pero no en la cabina de voces; lo último que necesitaría es que, digamos, Frank hiciera una visita sorpresa y borrara por completo al pobre Zar). Usando la cuenta de SoundCloud de Zar, hemos descargado una copia de 'Yoda', la hemos abierto en Soundforge, recortado la barra instrumental de apertura, la hemos hecho un bucle y le hemos cambiado el tono hacia arriba en un tono completo. Por supuesto, el resultado final no suena tan bien: el cambio de tono sin acelerar siempre produce una especie de 'vibración' que es desagradable (además de ser muy 'inorgánica'). Pero la muestra será suficiente para transmitir mi punto. Presiono play y Zar (que sostiene un par de auriculares en una oreja) espera a que termine el solo de guitarra antes de empezar a gritar: Yoda, you gotta take it easy Yoda, try watchi

6. Nosotros, la gente

 Previo: 5. ¿A dónde vas? Lunes, 24 de febrero de 2014, 9:56 AM Sentado en mi escritorio, es justo decir que me siento bastante miserable. Así he estado desde el sábado por la noche. Tan pronto vi a Justine e Ian, supe que tenía que inventar la forma de salir del Espy lo antes posible. Para empezar, mi corazón parecía que iba a reventarme el pecho, como si tuviera algún bicho extraterrestre incubándose dentro. También estaba bastante mareado. Silvio notó mi malestar y preguntó si estaba bien. 'Sí, socio, es que me estoy poniendo viejo. No estoy acostumbrado a andar de juerga. Además, mis tímpanos se han llevado una tunda.' Hice un gesto de taparme el oído izquierdo. Seguíamos teniendo que gritar para ser escuchados, incluso sin música, y estaba perdiendo la voz: hoy por hoy siempre acabo ronco en estas situaciones. Para mayor fastidio, también empiezo a soltar gallos de voz  de forma impredecible. '¡Silvio!' grité, inclinándome hacia él, '¡Voy a cerrar la noche! ¡Qu

5. ¿A dónde vas?

   Previo: Santo Grial Lunes, 17 de febrero de 2014, 1:30 AM Una vez más, estoy despertando en una cama extraña en una habitación extraña. La noche ha sido larga, yéndome a la cama a la 1:30 am (aunque en hora de Perth sólo era las 10:30 pm) y ahora siento la aspereza y el peso de muy poco sueño y demasiada adrenalina. Eso último me hace incorporarme aunque mi cuerpo protesta, queriendo volver a acostarse. (A fin de cuentas, son las 4:00 am, según mi reloj circadiano). El dormitorio da al sur, por lo que la luz de la mañana es indirecta, de un amarillo casi otoñal, entra en ángulo agudo desde la izquierda y hace fulgurar al borde de doble ladrillo que enmarca las enormes ventanas industriales. Alejo a un Bugsy remolón  y soñoliento, me arrastro hasta salir de bajo las sábanas de seda y me dirijo hacia las puertas dobles de reja ornamental. Salgo al balcón donde me recibe el aire fresco de la mañana, la mezcla de olores de ozono y diesel, el ronroneo repentino y los ocasionales bocinazo