7. Chica imaginaria
Sábado, 1 de marzo de 2014, 7:56 AM
'Inténtalo de nuevo, Zar', digo. Estamos en el estudio de grabación. Zar está ante un micrófono (pero no en la cabina de voces; lo único que faltaba es que, digamos, Frank hiciera una visita sorpresa y borrara por completo al pobre Zar).
Usando la cuenta de SoundCloud de Zar, descargamos una copia de 'Yoda', la abrimos en Soundforge, le recortamos la barra instrumental de apertura, la hicimos un bucle y le subimos el sonido por todo un tono completo.
Por supuesto, el resultado final no suena muy bien: el cambio de tono sin acelerar siempre produce una especie de 'vibración' que es desagradable (además de ser muy 'inorgánica'). Pero servirá de muestra suficiente para ilustrar mi punto. Presiono play y Zar (que sostiene unos auriculares sobre una oreja) espera a que termine el solo de guitarra antes de empezar a gritar:
Yoda, you gotta take it easy
Yoda, try watching TV
I know that you can fight and maim and kill
But Yoda, take a major chill pill
Try watching Kill Bill
Hacemos tres tomas y luego gesticulo el ‘corte’. Elijo el mejor y Zar viene a la pantalla donde me observa colocarla con el bucle recortado en Acid Pro. (Para que suenen en coordinación.)
'¿Qué te parece esto?' le pregunto, entregándole los auriculares. (No he dado pie con bola para poder oír la música en los monitores de arriba, es decir, los 'altavoces'. Debe haber un interruptor en alguna parte, ¡pero no doy con el!) se los pone y presiono play. Una pequeña sonrisa se asoma en su rostro.
'¡Oye, no está mal!' Grita, porque tiene los auriculares puestos, baja la voz al quitárselos. 'Capto tu punto sobre eso de 'gritar en un tono más alto'. Hay una gran diferencia entre cantar para uno mismo versus para una sala llena de gente – o para una grabación.'
'Sí. Esa sensación de 'estar cantando sentado con unos amigos alrededor' que le gusta presentar tanto a los artistas es muy engañoso. Tienes que elegir una tonalidad que sea adecuada para la voz completa y practicar cantando en esa tonalidad.'
‘Así que acabaste escribiendo toda una canción en la tonalidad equivocada. Eso fue gran parte del por qué en el concierto en vivo resultó tan dificil acoplar los sonidos. Lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es que la amplitud vocal se expande con el volumen. En este caso, en realidad tenías margen de sobra.’ Apunto a la pantalla. ‘Por ejemplo, echa un vistazo a esta primera versión. Estabas tan preocupado por alcanzar las notas altas que acabaste saliéndote de tono – aquí, aquí y aquí’, digo, señalando las imagen de las ondas. Le doy los auriculares a Zar y hace una mueca poco después que presioné play. Cuando se los quita, añado: 'En otras palabras, no solo alcanzaste las notas, las superaste. Una vez que te relajaste y dejaste de sobre esforzarte, cesaste de excederte.’'¡Gracias, compa! Eso ayuda mucho. Tendremos que volver a grabar toda la canción. Probablemente el resto de nuestras música también. Habrá que transponerlo todo.'
‘Miren a estos dos.’ Zar y yo nos damos vuelta y vemos a Justine, a medio camino en la escalera, una sonrisa irónica en el rostro. Viste un juego de camiseta deportiva y pantalón atlético, con el cabello recogido en un moño grueso.
‘Hola Juss’, dice Zar.
‘Veo que encontraste el estudio’, añado.
‘Bugsy me mostró el camino. Además – podía escuchar a alguien gritando '¡Yoda!' a lo lejos’, dice riendo. ‘Oye, ¡este estudio es increíble!’
‘Sí, lo es. Me costó acostumbrarme.’
'No, solo un aficionado', respondo. Antes de que pueda hacer más preguntas, decido cambiar de tema: ‘¿Qué tal un desayuno, mi gente?’
'No quisieramos imponer...'
‘Boberías. Vengan. Voy a preparar algo. Cereal, tostadas, tocino y huevos si quieren, café, té…’ Me dirijo hacia las escaleras y los demás me siguen.
8:18 AM
Estoy en el fregadero. Zar está sentado en la mesa del comedor despachándose con Weetbix, la mirada perdida en la distancia. Justine, que también parece embelesada en sus pensamientos, está frente a él masticando un trozo de tostada. Se sienta con las piernas cruzadas en la silla y veo que los largos dedos de sus pies coinciden con los de sus manos. Por fortuna, tanto ella como su hermano han rechazado mi oferta de un desayuno cocinado (no suelo comer mucho por la mañana).
Reflexiono sobre el hecho de que Justine es, en muchos aspectos, bastante diferente a mi primera impresión; mi atracción se basa principalmente en una imagen creada en mi mente. La verdadera Justine es una criatura mucho más compleja: es la mujer de ojos cansados sentada aquí en una postura propia de adolescente. Como todos nosotros, parece tener tanto sus demonios como sus sueños: es una 'obra en progreso'.
Justine termina su tostada y trae la vajilla al lavaplatos, pero yo la tomó.
‘Voy a asearme y a recoger mis cosas.’ Se detiene y me toca el brazo. ‘Gracias.’ No puedo evitar mirar las migajas de tostada en su mejilla.
Una vez que se ha ido, Zar también me trae su tazón. ‘Voy a ir a recoger también, colega. Escucha, de veras lamento mucho lo de anoche.’
‘No te preocupes. Borrón y cuenta nueva, ¿eh? Le pasa a cualquiera.’ Eso último es mentira, por supuesto. Nunca he pasado por algo así, pero se me hace que es lo correcto decir dada la situación. Zar me da un apretón de mano y una palmada en el hombro.
‘Gracias, colega.’ Comienza a alejarse pero se detiene abruptamente. ‘¿Te gusta mi hermana, eh?’
‘¡Vaya! ¡Ni que fuera transparente!’
‘Habría que ser ciego para no darse cuenta, empezando por como la miras, ‘mano.’
‘Tendré que dejar de hacerlo entonces.’
‘No lo digo de mala manera. Lo noto, eso es todo.’
‘¿Tu hermana también?’
‘¿Qué tú crees? En fin, no la lastimes.’
‘No me imagino que tendré la oportunidad, socio.’
‘¡No seas tonto! Me arrastró a cenar contigo, ¿no? Me lo soltó al último momento.’
‘No obstante... mi vida es un lío. Estoy hecho un desastre. Hay muchas cosas que no le he contado. No estoy seguro de que le harían gracia si lo supiera.’
‘No eres otro McCrae, ¿verdad?’ Zar frunce el ceño.
‘¡Más nunca!’
Entonces no veo el problema. En cuanto a lo del 'desastre' – ¡bienvenido al club!’
8:42 AM
Me despido de Justine y Zar, agitando la mano mientras me quedo viendo su coche alejarse por mi calle. La sra. Chew está en su jardín.
‘¡Buenos días, sr. Pikkeljig!’
‘¡Buenos días, sra. Chew!’
‘¿Tus amigos se quedan a dormir, ah?’
‘Sí – nunca beba y conduzca, Sra. Chew.’
‘Ah – buena regla. Mi esposo perdió su licencia el año pasado. ¡Ay! ¡No podía! Ya la recuperó ahora, lah. De todos modos, él está en Malasia – por trabajo, pues.’
‘Veo. Bueno, ¡que tenga un buen día!
Me apuro a entrar. La mención del esposo de la sra. Chew me ha recordado el correo electrónico de D1: ¡Necesito encontrar mi anillo! Subo corriendo las escaleras y empiezo a rebuscar en mi maleta, lo cual es una tontería porque no hubo oportunidad de haberlo puesto allí. Entonces recuerdo el 'jean' que llevaba puesto, salto al vestidor, encuentro el que tiene la etiqueta 's'iveL' y reviso los bolsillos. No es hasta que lo saco del perchero y lo sostengo al derecho que mis dedos lo encuentran, al fondo en el bolsillo delantero izquierdo. No estoy seguro del por qué, pero suspiro aliviado. Creo que tiene que ver con mi plan: necesito que D1 pueda seguir adelante como si nada si alguna vez voy a romper con este destino y labrarme uno diferente.
Decido devolver el anillo al bolsillo – después de todo, allí estuvo seguro. Llegado el momento, lo recupero e imprimo donde D1.
10:15 AM
'¡Hola, tío!' Estoy ante la pantalla, usando Skype. Veo que es de noche en su parte del mundo; está en su terraza como de costumbre e hilachos de humo de un espiral para mosquitos se enroscan a su alrededor como serpientes fantasmales.
'¡Hola, Dan! ¡Qué bueno verte, colega! ¿Cómo estuvo esa cena?'
'Digamos que no salió como lo planeé.'
‘¡Qué lástima! Lamento oírlo. ¿Qué pasó? ¿Quemaste los pimientos? ¿O es que la despampanante Justine está saliendo con alguien? No me digas que todavía está con ese psicópata corporativo, Ian McCrae.’
‘Me ocupo de enterarme sobre mis abogados. Me hablaron muy bien sobre Branka Markovic, pero casi cambio de bufete cuando supe los antecedentes del socio gerencial.’
‘Por suerte Justine ya no está con él.’
‘Menos mal. Oí que lo había largado antes de Navidad. Esperaba que siguiera siendo así.’
‘Al parecer estás más enterado que yo.’
‘No creo, he estado desconectado desde hace meses. Cuéntame: ¿qué echó a perder tu cena?’
‘Bueno, digamos que empezó a irse al carajo cuando su hermano se desmayó por una combinación de alcohol y fármacos no recetados.’
‘Oh, ya veo. ¿Se jodió la cena, eh?’
‘Más o menos.’
'Nunca conocí al chico. Está en una banda, ¿no?'
‘Sí – ‘The People’.’
‘Hmm. Hablando de música, sabes que puedes usar el estudio para eso si quieres. Pero mantenlo en secreto: cuando obtuve la aprobación para un '’estudio en el sótano’' no dije que era para grabación de sonido. Los consejos locales se ponen nerviosos cuando se trata de eso.'
‘Okey. Me lo preguntaba’.
'¿Recuerdas cómo manejar los tableros? Si no, he instalado versiones actualizadas de nuestros viejos favoritos: Acid Pro y Soundforge. Deberías dar pie con bola con esos, creo. No requieren el uso de los paneles, todo es '’virtual’'.' Frank pausa. ‘Entonces, ¿en qué acabó todo, ‘mano? ¿Todavía está interesada?’
'Ay Frank, ¿cómo voy a saber? Además, todavía estoy casado con Kylie y no he tenido la oportunidad de decírselo a Justine. Creo justo mantener distancia hasta que eso se resuelva.'
'No seas necio. Estás separado. Con eso basta. El divorcio puede tardar años. No pierdas el tiempo, hijo mío. Dile la verdad y aprovecha mientras el viento sopla a tu favor.'
‘Necesitaré encontrar el momento adecuado…’
‘¡Bue’! Allá tú.' Parece intuir que traigo otra cosa entre manos. ‘¿Tenías algo más en mente, sobrino?’
‘Pues sí – un detalle. El otro día mencionaste algo sobre un 'reflejo de agarre en adultos'. ¿A qué te referías?'
'Tomé prestada una frase del otro Dan Djurdjevic, ¿lo conoces, el fanático de las artes marciales?'
'Sí. Se me hace que sólo sabe hablar mierda.’
‘De hecho. Pero uno de sus artículos sí me llamó la atención. En él describe la tendencia de las personas a querer 'aferrarse a lo que tienen' – incluso si les resulta nocivo. Estaba hablando de un agarre físico, pero he notado que lo mismo aplica metafóricamente.'
‘¿Cómo así?’
‘Específicamente, que nos aferramos a patrones de conducta dignos de burros. Los encontramos reconfortantes incluso cuando tienen un efecto funesto; preferimos eso a la incertidumbre del cambio.’
‘Como yo con Kylie, Brad y Dixon’, digo con ironía.
‘O como yo – incontables veces en mi vida. Y compadre, no somos los únicos. Es todo el mundo. Søren Kierkegaard lo expresó bien: de un momento a otro; generalmente tenemos libertad absoluta de elegir. Sin embargo, esa libertad nos llena de ansiedad. Así que preferimos imaginar que no tenemos elección, que estamos atrapados en el patrón al que nos hemos acostumbrado, el 'status quo', como lo llamó. Es por eso que los niños con padres abusivos acaban con parejas también abusivas. La familiaridad del patrón es reconfortante.’
‘Entonces, ¿cómo se rompe el patrón?’ Pregunto.
Frank ríe. ‘Díme tú – ¡ya lo has hecho! ¿Qué crees que se necesita?’
'¿Un plan?'
'Supongo. Eso te ayudará a determinar qué statu quo heredarás – qué universo aparecerá una vez lanzadado los dados. Pero dime: ¿qué se necesita más que nada?'
‘No sé...’ Pienso por un momento. ‘¿Valor?’
‘Exactamente. Y de seguro que estarás de acuerdo, es algo que nadie puede darte. Tienes que encontrarlo dentro de tí: el valor para elegir el cambio sobre lo previsible.’
Cavilo esto. Tiene toda la razón. Tengo el plan. Probablemente siempre he tenido algún tipo de plan. Hasta ahora, meramente me ha faltado el valor.
Pase lo que pase, caigo en cuenta que acabo de tener otra discusión abstracta y filosófica con mi tío. Por algún motivo, nunca llegamos a lo concreto (por ejemplo, ¿cómo exactamente es que funcionan sus impresoras?).
Pero entonces, tal vez es que los detalles no son realmente tan importantes.
Lunes, 3 de marzo de 2014, 8:15 AM
‘Buenos días, Silvio.’
‘¡Hola, jefe! ¿Qué tal la trasnochada?’
‘Como te podrás imaginar, toda una 'pijamada'. Lo de ‘trasnochada' le cae que ni pintado porque nadie durmió gran cosa, salvo un cierto baterista.’
‘Eso oí. Zar llamó y me contó que Juss pasó la mayor parte del sábado en la cama .’
‘Incluso yo me sentí algo agotado. Una noche loca, sin duda. ¿Volviste bien a casa?’
‘Sí, Juss me llevó. Todo bien.’
‘Espero que Zar se haya disculpado.’
‘Lo hizo. Siempre lo hace. Por ahora será amable. Hasta la próxima.’
‘Parece que es problemático.’
‘Ajá.’
‘¿Podrías abundar?’
‘No debiera. Tendrá que venir de Justine.’
‘Bueno, supongo que no debiera meter el hocico donde no cabe.’ Me avergüenzo un tanto por haber fisgoneado. Al mismo tiempo, estoy bastante impresionado con Silvio; lo sigo creyendo un chismoso, pero no lo es. Estoy a punto de irme cuando dice:
‘Zar me contó que le mostraste el estudio. Que le explicaste todo el asunto de 'cantar en la tonalidad equivocada'. Incluso que grabaron un poco.’
‘Sí. Fue buena forma de romper el hielo por la mañana, ya sabes.’
‘¡Qué envidia el no haber estado!’
‘Para la próxima, socio.’
‘¿Conque va a haber una próxima?’
‘Claro. ¿Por qué no?’ Me pregunto si Silvio está captando mi intención otra vez, pero me responde con:
‘Eres un tipo valiente.’ Vuelve a su pantalla y toma un sorbo de café.
‘Con suerte, iré llegando’, respondo.
‘Por cierto,’ dice, ‘Susan, la asistente del sr. McCrae, te estaba buscando.’
‘¡Carajo! Probablemente sobre el partido de baloncesto. ¡Qué joder!’
‘¿Me lo dices?’
‘Supongo que tendremos que hacer de tripas corazones.’ Silvio asiente acongojado.
Entro en mi oficina, suelto el maletín, cuelgo mi chaqueta en el armario y enciendo mi computadora. Una vez que carga, abro Outlook y espero por mis mensajes. Veo que se descarga uno de Duffield Construction, así que agarro mi teléfono y llamo a Silvio:
‘Oye, hermano– ¿puedes traerme de nuevo el archivo de Duffield?’
‘Claro, jefe.’
Cuelgo y espero a que se descarguen los otros mensajes. Hay bastante spam, algunas noticias (cometí el error de suscribirme a unos cuantos sitios de la red y estoy recibiendo demasiadas actualizaciones) y hacia el final hay uno de Susan Markham (la asistente del jefe).
Y otro, de Justine. Lo abro:
Quería agradecerte de nuevo el ser tan comprensivo, servicial y amable respecto al desastre durante la cena del viernes. ¡Estoy profundamente apenada al respecto! Por favor, déjame invitarte a almorzar hoy.
Ni se te ocurra decir que no. (¡Tengo la sensación de que buscarás una excusa factible!) Hay algunas cosas que me urgen explicarte.
Espero que sirva para aclarar todo.
Juss
xxx
'Intenta encontrar cómo salir de esa, jefe.'
‘¡Por Dios, Silvio! ¿No tocas en la puerta? ¡Eres como una especie de ninja!’
‘Lo siento. Soy un fisgón incorregible. No puedo evitarlo. Es uno de mis defectos de carácter.’
‘¿Esa es tu excusa?’
‘Es la mejor que tengo. Además, ¿me quieres decir que nunca husmeas?’
‘Bueno…’
‘¡Ajá! ¿Y cuándo fue la última vez que lo hiciste?’
‘No es asunto tuyo. Y deja de cambiar el tema.’
‘Entonces vas a acceder, ¿no?’
‘¡Lárgate!’
‘Porque no creo que tengas opción.’
‘¡Fuera de aquí!’ Intento darle con el plano del expediente que me acaba de dar, pero lo esquiva y sale del despacho riendo. Puede que no sea un chismoso, pero mantener las apariencias profesionales va a ser un problema, como sospechaba.
Vuelvo al mensaje. Silvio tiene razón, por supuesto. Antes de decidir cómo responder, abro el de Susan Markham. Sí, efectivamente se refiere al baloncesto: hay algo sobre reunirse en las Canchas Deportivas de Docklands a las 6:00 pm el jueves. No está lejos de donde Silvio y yo almorzamos la semana pasada, así que tengo idea de cómo llegar.
Hay algo más en el correo sobre la revista Lawyers Weekly, pero no parece importante – lo revisaré en otro momento.
Cambio la imagen, vuelvo al correo de Justine y medito un poco más. Sé que dije que mi enamoramiento estaba disminuyendo. También que hice propósito de mantenerme distante. Pero no puedo evitar que mi corazón esté latiendo tan rápido que me estoy mareando otra vez. Las tres pequeñas 'x' no ayudan.
12:40 PM
Fui por mi cuenta al Shark Fin Inn en Little Bourke Street: Justine tenía que ver a un cliente y me dijo que iría directamente desde allí al restaurante.
Recuerdo al Peking Palace mientras me acerco a su exterior. Como el resto de Little Bourke, parece haber sido construido en lo que había sido un callejón, aunque uno que se ha vuelto 'respetable' – especialmente en este extremo de la calle. El restaurante está ubicado en un edificio de color rojo intenso, en forma de bloque, con letras doradas desvaídas, letreros de neón envejecidos y una zaguán oscuro a la entrada.
Dentro, lo encuentro bien iluminado, con un techo color crema que contrasta con la alfombra roja. Hay patrones intrincados en las paredes y las pesadas columnas interiores están revestidas de azulejos verdes para dar la apariencia de cañas gruesas de bambú.
Veo a Justine de inmediato – me hace señas para que me acerque a una mesa con vista a la calle, donde la luz de verano se filtra através de la vegetación en la acera. Si sufrió algún efecto por la trasnochada del fin de semana, no lo muestra.
‘¡Dan, qué gusto verte!’ ¿Te gusta el yum cha?’
‘Mucho – ¿cómo supiste?’ Me acomodo en la silla frente a ella.
‘Bueno, tenía la esperanza que sí. Solía ir al Crystal Jade para el yum cha, que está un poco más cerca del trabajo. Pero pararon de servirlo hasta junio por alguna razón. De todos modos, la comida aquí es igual de buena – y la decoración es más bonita.’
‘Es encantador.’
‘¿Me dejas ordenar?’
‘Confío en ti implícitamente.’
Justine llama a un camarero. Él empuja un carrito de cestas de mimbre humeantes y Justine las examina, selecciona algunas y el camarero las coloca en la mesa. Se me contrae el corazón al ver que uno de los platos del menú son patas de pollo. Normalmente no soy tiquismiquis, pero esto me parece un tanto repugnante. Tendré que intentar disimularlo. Creo que empezaré con uno de los bollos de carne de cerdo en papel de arroz; me parece lo suficientemente normal cómo para sacarme las patas de gallina de la mente.
‘Me alegra tanto que hayas aceptado almorzar conmigo’, dice Justine. Ha tomado uno de las patas con sus largos dedos y está tirando suavemente de la piel con los dientes. No sé cómo lo logra, pero hace el comer con las manos lucir elegante.
Un camarero se detiene en nuestra mesa y, sin mediar palabra, llena nuestras tazas de té. Estoy absorto tratando de despegar el papel de arroz del dorso de mi 'bao' de cerdo.
‘¿Sabes que el papel es comestible?’ Justine dice. ‘No me molesto en quitarlo. Total, todo acaba en el estómago, como solía decir papá.’ Está chupando la pata de pollo y trato de no mirar.
‘Tus padres…’ digo, en un esfuerzo por distraerme, ‘escuché de Silvio que fallecieron hace muchos años, ¿te importa que pregunte sobre ellos?’
‘No, para nada’, dice Justine, agitando una mano pegajosa por residuos de la pata. ‘Esa historia es muy antigua. Quiero decir, todavía me entristece. Pero aprendes a vivir con ello. Recuerdas los momentos felices. ¿Como tú con tu tío? ¿O estoy metiendo la pata?’
‘De ninguna manera. Cuéntame más sobre tus padres.’
‘Decidieron ir a Sídney por carretera. Una especie de viaje de paseo. Zar llegó tarde a la familia y en esta ocasión lo dejaron conmigo – ya yo estaba en la uni. En fin, nunca regresaron. Chocaron de frente catastróficamente con un camión, en algún punto de la Carretera del Pacífico.’
‘Lo siento mucho.’
‘La vida cambió en un instante.’
‘Te convertiste en mamá.’
‘Supongo que sí. La diferencia de edades es tanta. Tenía diecisiete años cuando nació – veintiuno cuando nuestros padres murieron.’
‘Lo que hiciste es bastante especial, ¿sabes?’
‘No creo. Es lo que cualquiera habría hecho.’
‘No todos.’ Da fin al tema con un gesto de la mano.
‘¿Qué se supone que debía hacer? La familia de mi padre estaba en Inglaterra, la familia de mi madre estaba en San Francisco y Taiwán… aquí solo estábamos Zar y yo. Hubo que arreglárselas.’ Parece haberse afectado, así que decido cambiar el tema.
‘Hace rato que estoy curioso sobre el origen de sus nombres. Hay algo tan…’
‘¿Literario en ellos?’ Justine se ríe.
‘¡Sí!’
‘Bueno, para empezar, mi padre era Thomas Shelley. Fue descendiente de Percy y Mary Shelley. Y también resultó autor, ¿tal vez lo conozcas?’ Sacudo la cabeza. ‘Estudió en Oxford con Martin Amis y algunos otros, pero no alcanzo la misma aclamación crítica y éxito.’
‘¿Qué escribió?’
‘A ver: 'La sombra del crepúsculo'?' '¿Noches de la luna'? '¿Raza de cosecha'?’ Sacudo la cabeza.
‘Lo siento.’ Sonrío afligido y ella ríe.
‘¿Por qué? No tuvieron gran aceptación. Todavía estoy esperando a que un día los ‘descubran’. ¡Entonces podré recostarme a gozar el gastar los cheques de regalías de autor!’
‘Esperemos que sí.’
‘En fin, dada la obsesión de mi padre por la palabra escrita, supongo que era inevitable que Zar y yo acabaríamos nombrados en honor a personajes literarios – en este caso, de las novelas en inglés favoritas de mi padre – el 'Cuarteto de Alejandría'.’
‘Ah, por supuesto – de Lawrence Durrell. No puedo imaginar por qué no se me había ocurrido antes: Justine, Balthazar, Mountolive y Clea.’
‘¿Los conoces?’
‘Por supuesto que sí. Ojalá no te importe que lo diga, pero menos mal que tus padres no tuvieran dos hijos más – Clea podría estar bien, ¡pero le ronca llamarse Mountolive!’ Justine se ríe ante esto.
‘No, no había planes para más. Resulta que fue coincidencia – mi verdadero nombre es Jìng Yí y el de Zar es Bǎo Jiā. Mi madre siempre dijo que si papá nos ponía el apellido, ella nos daría nuestros nombres. Papá notó la similitud entre mi nombre y 'Justine'. Cuando Zar nació, le insistió a mamá para que eligiera algo similar a 'Balthazar'. El resto es historia.’
‘Ah – conque eso fue lo que pasó. ¿Dónde se conocieron tus padres?’
‘Aquí en Australia. En Perth, por cierto. Mi madre vino a estudiar música. Mi padre fortuitamente era profesor en la UWA. Se casaron y luego se mudaron aquí cuando papá ganó una beca de investigación en la Universidad de Melbourne. Y se mantuvo escribiendo por su cuenta.’
‘Mi esperanza es convertirme en escritor algún día.’
‘¿Eh? Pensé que lo tuyo era la música.’
‘No. Solo un pasatiempo. Mera diversión casual. Mas bien es cosa de Frank. Mejor dicho, era cosa de Frank.’
‘Lo siento: Su muerte evidentemente todavía te resulta sensible.’
‘Un poco.’ Nos quedamos en silencio por un instante, durante el cual me siento obligado a fingir tristeza. Elijo uno de los patas de pollo y me animo a probarla. Parece no haber algo de carne en absoluto sobre los huesos.
‘Pues, estoy escribiendo mi biografía como una especie de diario. Concurrentemente. Ha sido divertido. Casi todos los días o cada dos días. Intento recordar exactamente lo que pasó, luego escribo de 2 a 3,000 palabras.’
‘¿En serio? ¿Cuándo empezaste?’
‘Justo antes de Navidad. A la muerte de tío Frank.’
‘Vaya.’
‘Conocernos fue la tercera o cuarta cosa que escribí, por cierto.’ Me pregunto por qué lo dije y me lo recrimino mentalmente.
‘Entonces, ¿estás logrando mantenerte al día con eso, incluso con tu mudanza y todo lo demás?’
‘¡Solo a duras penas!’ Río. ‘¿Y tú? Con un padre literario, una madre y un hermano musicales, tú también debes andar metida en las artes.’
‘Me encanta pintar. Hice una carrera pre-jurídica bastante extraña: bellas artes. Pero cuando mamá y papá murieron, todo eso se desvaneció. Tuve que ganarme la vida. Lo llamamos zé rèn. Es un sentido de deber, el tipo que los padres sienten hacia sus hijos pequeños, o los hijos hacia sus padres ancianos.’
‘Obviamente todavía lo sientes hacia tu hermano.’
‘Los hábitos viejos son difíciles de romper. A veces siento que todos estamos en una especie de rueda para conejillos de indias: condenados a seguir corriendo en el mismo sitio.’
'Presos en un patrón.'
‘Exactamente.’
‘Pero Zar es lo suficientemente mayorcito – no es tu responsabilidad.’
‘No puedo evitar sentir que sí lo es.’ Justine mira su plato. ‘Digamos que está pasando por un mal momento, por decirlo así. Necesito verlo parado hecho y derecho.’
‘¿Por qué?’
‘¿Quién más queda?.’
‘¿Te importa si pregunto qué le pasa?’ Justine ríe.
‘¿Aparte de ser un típico miembro de la ‘juventud inconforme’ o ‘rebelde sin causa’? ¿Sin contar con su ‘temperamento artístico’? Bueno, el diagnóstico oficial es depresión clínica.’
‘Ah, veo.’
‘La mayoría de la gente piensa que la depresión clínica se manifiesta como 'tristeza'. En el caso de Zar no es así. Claro, tiene episodios de quedarse tirado, hecho un guiñapo, lamentándose. Pero en general, su depresión se expresa como ira. Se desquita con la gente: conmigo, sus amigos…’
‘¿Y qué está haciendo al respecto?’
‘El problema es que, hasta hace poco, Zar no aceptaba que tenía un problema. Un caso típico de negación.’
‘Hacerse la vista gorda…’
‘Sí, exactamente. Por supuesto, pronto comenzó a automedicarse: inicialmente con alcohol y, en los últimos años, con drogas.’
‘¡Jum! Ya veo por dónde va esto.’
‘¡Sí que 'jum'! Le gustan los tranquilizantes– probablemente porque su depresión se manifiesta como ira. Empezó con lo que pudiera conseguir. Luego, en los últimos meses, se volvió adicto a la heroína.’
‘¿En serio? ¿heroína? ¡Ese es un vicio caro! ¿Quién estaba pagando por eso?’
‘Preferiría no entrar en eso. Digamos que no fui yo, y que no iba a durar.’
‘¿Y qué hiciste?’
‘Tan pronto me enteré, lo llevé a nuestro médico de cabecera. Últimamente le ha recetado tabletas de codeína, de esas que se pueden romper en pedacitos. Se supone que está dejándolo poco a poco, reduciendo la dosis. Y lo está logrando. Pero da tres pasos adelante y luego uno hacia atrás. Para ayudar a romper el ciclo, el médico también le recetó Valium. Y ha estado probando con diferentes antidepresivos. Pensándolo bien, ha habido gran mejoría estas últimas semanas. He visto un cambio grande en él. Empezó TAFE. Está tocando con la banda de nuevo – ese concierto reciente, por ejemplo.’
‘Suena prometedor, Justine.’
Ayuda a mantenerlo ocupado – y distraído. Por eso pensé que sería genial llevarlo a tu casa; podía sentirlo tambaleándose. Fue mi idea de una especie de 'intervención', supongo.’ Justine parece de repente darse cuenta de la connotación y se sonroja. Es la primera vez que veo su cara ponerse roja. ‘No quise decir que te estuviera 'usando' o algo por el estilo. Más bien que… bueno… Zar parecía tan emocionado, tan entusiasta. Pensé…’
‘¿Que podría distraerlo un poco?’
‘Lo siento mucho, Dan. Eso sonó horrible.’
‘No – nada de eso. Tuvo todo el sentido del mundo. Zar estaba interesado en lo de la ingeniería de sonido. Lo mencionaste cuando sugeriste venir con una pizza. ¿Quién iba a saber que terminaría duplicando su dosis de todo y luego añadiendo algo nuevo a la mezcla? Supongo que esa pastilla fue la que terminó dejándolo fuera de combate.’
‘Sí. Ese día acababa de recoger la receta. La ha probado en casa desde entonces y ha tenido un efecto similar: no tan fuerte, por supuesto, sin la mezcla de las otras cosas, pero bastante potente por su cuenta. Se queda dormido unos treinta minutos después de tomarla.’ Me habla sin levantar la mirada. ‘Espero que no estés enojado. Parece tan... oportunista de mi parte. Eres nuevo en la ciudad y en la firma...’
‘Escucha, no seas tonta.’ Es mi turno de poner mi mano sobre la suya. ‘Valió la pena intentarlo. Y me dio gusto poder ayudar. A fin de cuentas, todo salió bien, ¿verdad?’ Decido retirar mi mano.
‘Me mortifica contarte todo esto. Apenas nos conocemos.’
‘No te preocupes por eso. Me alegro que me lo hayas contado. De todos modos, ya lo sospechaba. Y me siento honrado de que hayas decidido confiar en mí.’
Justine encoge los hombros y encurva una esquina de sus labios. ‘No tenía muchas opciones: o te lo contaba todo, o te dejaba pensando que éramos un manada de locos.’
‘La adicción a las drogas es solo otra de esas ruedas de conejillo. Todos tenemos una. No me toca juzgar la de los demás.’ Quiero decirle que mi rueda particular es mucho más grande y complicada de lo que ella podría imaginar, pero ¿por dónde empezaría?
Terminamos nuestra comida con un intercambio de bromas amistosas. Supongo que debería sentirme bien por todo esto: una colega se ha confiado en mí. Me he hecho de una amiga y quizás incluso le haya proporcionado algún tipo de solución para lo de su hermano. Pero a fin de cuentas, no puedo evitar sentirme vagamente desalentado por lo que Justine me ha contado. Sé que no debería importarme, pero ahora veo que ella sólo vino a mi casa a cenar como parte de una ‘intervención’.
Supongo que eso afecta más al ego que a cualquier otra cosa. Y dado mis planes, nada de eso debería importar a largo plazo.
El problema es que no estoy del todo seguro de que sea sólo ego. Tal vez una parte de mí está empezando a preocuparse por alguien, alguien que resulta no ser la ‘chica imaginaria’ de la que he estado enamorado hasta ahora.
Jueves, 6 de marzo de 2014, 6:59 AM
‘Tío Frank, ¿estás ahí?’ Una vez más estoy mirando una pantalla en blanco – la transmisión de video parece bastante pobre.
‘Sí, estoy aquí, compa. Yo te veo. Supongo que no puedes verme, ¿verdad?’
‘No – nada aún.’
‘Espera un momento. ¿Cómo se ve ahora?’ Veo al temporizador en la pantalla indicando que algo se está cargando. De repente, Frank aparece, frunciendo el ceño y mirando el teclado.
‘Sí, ya te veo.’
‘Ah, bien. Debo haber apagado el video sin querer.’ A menudo me pregunto cómo Frank ha podido navegar la era electrónica. Ha logrado maravillas con sus inventos, sin embargo, rutinariamente mete la pata de las formas más tontas al utilizar software básico – es difícil reconciliar ambas cosas. Se recuesta en su silla y se ve bañado por la luz dorada de la tarde. ‘¿Cómo van las cosas? ¿Sigues viendo a la encantadora Justine?’
'Eh – no, no seriamente. Bueno sí, almorzamos juntos el lunes, pero sólo sirvió para confirmar las cosas: se me hace que sólo ‘me quiere de amigo'.’
‘¿Qué te hizo pensar eso?’
‘Bueno… Parece que venir a cenar no fue más que una 'intervención' conveniente para los problemas con drogas de su hermano. Verás, fui a uno de sus conciertos y terminé ayudando con el sonido.’
‘Típico de tí.’
‘Y Justine notó que hice migas con Zar (así se llama el hermanito).’
‘¿Y pensó que serías una buena distracción?’
‘Ajá.’
‘Jum.’ Frank cavila esto durante un minuto. ‘Sabes, eso no necesariamente significa que no esté interesada.’
‘No, supongo que no. Pero nada de eso importa ahora de todos modos.’
‘¿Por qué?’
‘Bueno que lo preguntes. ¿Recuerdas cuando palmeaste esa silla junto a ti? ¿Cómo te caería si me diera la vuelta por allá? Bueno, no de inmediato, pero pronto. Tengo algunas cosas que terminar aquí, tal vez en un par de semanas.’
‘¡Diantre!… ¡Estoy anonadado! ¡Eso sería genial! Pero estoy algo sorprendido... Después de todo, acabas de empezar una nueva vida allí. Tienes un trabajo...’
‘Sí, pero es trabajo de abogado, tío. Me tiene hasta la punta de la coronilla. No sé qué inventaré en Río, pero de seguro que no sera el derecho. Encontraré algo – no importa lo que sea. Podría vender las dos casas aquí a nombre de Pikkeljig y todavía tengo la mayor parte del dinero que me dejaste... Podría invertir en... No lo sé. ¿Pero por qué seguir con algo que ya me apesta?’
‘¿Y qué tienes en mente, sobrino?’
‘Lo que realmente ansío es empezar a escribir: ensayos, artículos... ficción... Mis propios 'inventos'. Eso es lo que quisiera hacer. La ley y yo nunca encajamos bien. Para ser honesto, detesté la profesión desde siempre. Más que nada, odio trabajar para otros, sea alguien como Dixon o como McCrae.’
‘Parece que estás en el mismo barco que el noventa por ciento de los abogados que conozco...’ Hay una pausa mientras Frank respira profundo y se recuesta en su silla. Inclina la cabeza hacia atrás y puedo ver la barba en su mentón. Es curioso cómo solía ser de tono bronceado – ahora es completamente canosa. ‘Vale, primero: no te preocupes por lo del dinero. No hay necesidad de vender cosa alguna, tengo de sobra.’
‘Nunca me dijiste cómo ganaste tu dinero, tío.’
‘Inversiones.’
‘¿Pero de qué tipo?’
‘Bueno, supongo que la más grande fue cuando en 2003 vendí todo lo que tenía – y me refiero a todo, incluyendo la casa en Northbridge (¿la recuerdas?) – y lo invertí todo en acciones de Apple. Sólo por presentimiento. Por buen rato, no hubo movimiento. Para el 2005 habían subido algo, pero solo un poco. Y de repente, se disparó. A principios de la década de 2010 había obtenido un beneficio del 6,000%.’
‘¡Coño! ¡Y pensar que especulé que estabas imprimiendo dinero!’
‘¡No! No seas pendejo.’ Frank parece disgustarse. ‘Además, también me metí temprano en el Bitcoin, que parió una pequeña fortuna. Y uno que otro cosita más. En resumen, hay lo suficiente para tenernos felices a los dos.’
‘¡Rayos!…’
‘Lo segundo es que, si vendieras las casas, primero tendría que desmantelar el equipo. Eso no es fácil.
Por último no me parece que querríamos perder las ubicaciones de impresión, ¿sabes a lo que me refiero? Es conveniente para viajar.’
‘Ah. Entiendo. Eso es un alivio, si te soy honesto. ¡Significa que puedo irme antes!’ Frank asiente y sonríe. No estoy seguro de cómo abordar el segundo (y más importante) tema que tengo en mente. Después de un rato, simplemente digo: ‘¿Puedo preguntarte algo más, algo completamente diferente?’
‘Dispara.’ El tío Frank se mece suavemente sobre las patas traseras de su silla. Ha abierto una botella de cerveza y me pregunto si eso es bueno para su corazón.’
‘¿Sabes que he estado haciendo copias de mí mismo, tal como dijiste?
‘Sí, vi tus grabaciones en la red. Apuesto a que todavía no has ido al médico...’
‘Todavía no, pero lo haré pronto – lo prometo. De todos modos, lo que quería saber es, ¿por qué es tan importante para nosotros tener una copia reciente? Quiero decir, ¿no sería mejor imprimir una versión más joven de mí? A propósito, después de que murieras, ¿por qué no me hiciste imprimir la versión más joven de ti? ¿Por qué tuve que ir a la versión más reciente? Estarías más joven, más saludable, más en forma, más fuerte...’
Frank reflexiona sobre esto por un momento. ‘Siempre vas directo a la médula con tus preguntas filosóficas, ¿sabes?’
‘¡Vamos! ¡Como si todo este asunto no las provocara a cada vuelta!’ Frank ríe y toma un sorbo de su cerveza. Puedo ver que la etiqueta dice 'Brahma'. (Si mal no recuerdo, en el folclor hindú Brahma es el padre de Manu, es decir, de la humanidad. También es conocido como Vaagish – el Señor del Sonido.)
‘Bueno… Para responder a tu pregunta, se reduce a una palabra: recuerdos.’
‘¿Recuerdos?’
‘Sí, camarada. Eso es lo que te hace ser quien eres. Si tu ‘alma’ vive en algún lugar, entonces es en tus recuerdos. Piénsalo: entraste en la cabina en Perth. Luego saliste y te encontraste en Melbourne. Sin interrupciones en tus recuerdos, ¿verdad?’
‘Sí, correcto.’
‘Se tiene una sóla oportunidad de vivir, y esa oportunidad no es más que una larga lista de recuerdos. Eso es lo que te hace una sola persona, incluso cuando cada molécula y átomo está siendo reemplazado constantemente hasta que nada queda del 'original'. Eso es todo lo que te separa del olvido: recuerdos a los que puedes añadir. Es la razón por la que nos desesperamos al ver a nuestros seres queridos padecer de Alzheimer. ¿Recuerdas lo que le pasó a Baba Vera? Puede que no mueran, pero pierden su alma, pierden quiénes son. Así que, como verás, no me importa si mi cuerpo se está volviendo viejo y desgastado. Prefiero este cuerpo a uno más nuevo cualquier día, porque ese cuerpo más nuevo necesariamente eliminaría recuerdos que ya he hecho, restaría de mi línea en el tiempo y, por lo tanto, me quitaría parte de mi vida. Y recuerda: las memorias que se añaden al final son tan importantes como las primeras, tal vez incluso más. Cada nueva línea que se añade a mi rostro se basa en lo que ha pasado antes. Significa que me estoy enriqueciendo: en experiencia – en vida. ¿Por qué querría perder eso?’
‘Pero, ¿qué tal el hecho de que podrías… No sé... ¿rejuvenecerte?’
‘Tanto que te preocupaba borrarte antes. Bueno, déjame decirte, eso es precisamente lo que sucede cuando borras recuerdos. Cuanto más pierdes, menos el 'tú más joven' es la misma persona. Alguien sería más joven, pero cuanto más atrás vayas, menos esa persona eres tú. Básicamente, tus recuerdos son lo que te conectan con tu yo impreso. De lo contrario, solo estarías creando a otra persona.’
‘Estoy empezando a entender por qué quieres que haga copias con frecuencia...’
‘¡Qué bien! Considera el que pudieras seguir volviendo al mismo instante una y otra vez. Pero si no tienes absolutamente ningún recuerdo de que lo has hecho cien veces antes, eso no sería una vida. Eso sería como el Día de la Marmota sin la previsión de lo que va a suceder ese día. Sería como no tener la capacidad de retener la memoria a corto plazo. Acabarías con una multitud de vidas paralelas mientras solo estás consciente de una de ellas en cualquier momento dado. Y se podría argumentar que nos sobraría, porque ya tenemos eso en lo que se llama el 'multiverso'. No, lo que queremos es una sola línea en el tiempo. Eso es lo que es la vida.’
‘Vale, creo ya entenderlo...’
‘Por cierto: es la misma razón por la que no queremos imprimir copias de nosotros mismos. Crear otra línea en el tiempo no añadiría algo a la que ya tenemos. Y sólo complicaría las cosas enormemente...’
5:43 PM
Ha sido un largo día en la oficina y estoy apresurándome por la calle Bourke camino a las canchas deportivas de Docklands. He convencido a Silvio de que deberíamos correr hasta allí para calentar. Al llegar a un semáforo, me detengo a revisar mi teléfono. Tengo la corazonada que he perdido un correo electrónico de D1. Me conecto a mi cuenta de correo electrónico a través de la red móvil y mi sospecha se confirma. No suena feliz:
Hola D2
¡Vaya, qué difícil es dar contigo!
Trato por Skype a cada rato y nunca estás en línea. Incluso cuando estabas, sonaba y se cortaba. ¿Me estás evitando? Espero que no estés molesto por haberte tocado la pajita corta. Podría haberle pasado a cualquiera de los dos, ¿no?
Escucha, parece que Kylie está empezando a olerse algo. Según mamá, le ha contado a Brad sobre nuestra 'promoción secreta' y este se meó de la risa. Creo que su comentario fue: '¡Bueno, muéstrame el dinero!' Kylie quedó completamente desconcertada. ¿Te conté que ya se ha gastado $2,000 para unirse al CACA?
En fin: ¿cuándo se deposita ese primer cheque de pago? Eso bastaría para hacerla cambiar de opinión. Creo haber ya cerrado casi todo el trato aquí en KL. Podría estar regresando a casa bastante pronto. ¿Te acuerdas de Teresa Rosario? Ella está actuando a nombre de uno de los otros socios de la empresa conjunta. Nos llevamos muy bien y ha ayudado a suavizar las negociaciones con los subcontratistas. Tengo la sensación de que es buena suerte no tener mi anillo de boda. Nada, tengo ganas de hablar con alguien que realmente sepa lo que está pasando en nuestras vidas. ¿Puedes llamarme por Skype, amigo? Coño, incluso estoy pensando en llamar o enviarle un correo a Frank. Me estoy desesperando – y él ha estado sospechosamente callado. ¿Qué opinas?
D1
Admito que la última parte induce a mi corazón latir mucho más fuerte que cuando corría. El semáforo se torna verde y yo sigo escribiendo. Silvio está corriendo estático.
‘¿Qué pasa, jefe? Te ves preocupado.’
‘Ah – solo un asunto urgente del trabajo. Aguanta un segundo. No tardo.’
‘¿Quién es D1?’ Dice Silvio, mirando por encima de mi hombro. Aparto el teléfono y lo miro enojado.
‘¡Por el amor de Dios, so entrometido– ocúpate de tus propios asuntos!’ Escribo:
Lo siento, D1
Desesperadamente ocupado en el trabajo. Saliendo temprano, volviendo tarde. El primer pago se transferirá mañana. Llama a Kylie y muéstrale el depósito en línea después de las 6:00 pm más o menos.
No aparecerá en tu cuenta de inmediato, pero el registro de la transferencia debería estar allí. No, repito, NO llames a Frank. Confía en mí – se dará cuenta de lo que hemos hecho (y ambos sabemos que no lo aprobaría). Te haré una videollamada esta noche, ¿vale? 8:00 pm hora tuya.
D2
‘Jefe, el semáforo ha cambiado dos veces y vamos a llegar tarde.’
‘Lo siento, Silvio. Todo listo.’ Cierro la tapa, guardo el teléfono en mi bolsillo y reanudamos la carrera. Llegaremos un par de minutos tarde como mucho.
6:04 PM
‘¡Ya me preguntaba cuándo iban a llegar!’ Ian está en la 'Cancha Exterior No. 2' según lo acordado. Está tirando desde la línea de tres puntos. He estado observándolo desde que entramos y ha encestado cuatro canastos seguidos.
Justine está en la línea lateral estirándose usando la postura del perro y luciendo afligida.
‘¡Lo siento, Ian, tenía que mandarle un mensaje de última hora a un cliente!’ Digo entre bocanadas de aire.
‘¡Ah, ahora sí, ese es el tipo de excusa que me gusta escuchar!’ Lanza otro triple. Me siento un poco mareado y me pregunto cómo voy a sobrevivir el partido. ‘Bueno, al grano,’ dice Ian. ‘¡A dividirnos! Joven Silvio: jugarás conmigo. Trata de seguirme el ritmo, ¿vale? Vamos contra Dan y Justine. ¡Demostremos que la combinación de edad y juventud es la fórmula ganadora!’ Justine me mira y hace su gesto de alzar la vista y tornarse bizca por la exasperación. Ian me pasa el balón. ‘Dale, novato. Empieza tú. Demuéstranos de lo que eres capaz.’
Intento driblear alrededor de Ian, pero me intercepta hábilmente, gira, hace un ‘layup’ y anota dos puntos. Me pasa el balón y lo intento de nuevo, esta vez pasándole a Justine que intenta atraparlo. Silvio intercepta, pero lo hace con la punta de los dedos y la pelota sale volando.
‘¡Ay!’ grita, sacudiendo sus dedos impactados. Ian alcanza al balón, gira, tira desde la línea de tres puntos y anota. Le ‘choca los cinco’ a un Silvio poco entusiasmado. Noto que Ian y Justine intercambian miradas furiosas. Me pregunto qué nos perdimos antes de llegar.
Compadre, esto se está volviendo molesto.¿Dónde estás?Veo que la transferencia se realizó, pero para convencer a Kylie voy a tener que esperar hasta que el dinero se deposite. Supongo que eso será mañana (hoy para ti).Parece que algo grande está sucediendo en casa, así que realmente necesitamos hablar.D1
Lo siento D1 – Tuve otro desmayo. Esta vez ocurrió mientras jugaba al baloncesto con el jefe nuevo. Me caí y me golpeé bastante. Contusión cerebral etc. Dormí en el sofá de un colega anoche y acabo de regresar al trabajo.¿Has sentido los mismos síntomas? ¿Episodios de mareos más frecuentes? Estoy empezando a pensar que esto es lo mismo que aquejó a Frank.Te veré esta noche en Skype, ¿de acuerdo?D2