4. Santo Grial

Previo: 3. Cuando el río se seca

Martes, 28 de enero de 2014, 1:30 PM

Me pregunto si he hecho lo suficiente. ¿Quién sabe? Lo que me consta es que he hecho lo mejor que he podido: pasé todo el día de ayer (el festivo ‘día de Australia) 'robando' tiempo para redactar mi solicitud respecto a la plaza con McMahon, Finkelstein y Braddock. Kylie (quien no sabía lo que tenía entre manos) se enojó varias veces por estar 'otra vez en la computadora’. Ella puede ser más que un poco ilógica al respecto. No es como si tuviera expectativa que estuviera haciendo otra cosa. Para empezar, la jardinería está 'congelada' hasta que lleguen los rollos de césped nuevo y el fertilizante; fiel a lo dicho por Jim, su 'químico muy tóxico' ha matado todo lo que había en el jardín y, tras un esfuerzo considerable el sábado y domingo, sus restos amarillentos ahora están apilados en un bote de basura al borde de la acera.

Por su parte, Kylie parecía bastante contenta leyendo. Le gustan las novelas históricas románticas; entiédase esos voluminosos libracos de bolsillo con títulos grabados en cursivo color rosa metálico y fotos en Tecnicolor de hombres musculosos en camisones ondeados, de volantes sosteniendo a damiselas desvanecidas, luciendo un corsé. En contraste, insistía que 'debería estar haciendo algo útil'. Por supuesto, esto significaba prácticamente cualquier cosa que no fuera 'estar en la computadora'.

El resultado neto fue que no pude adelantar mi solicitud hasta que Kylie se fue a la cama. Eso, a su vez, significó que tuve que trabajar hasta las 3:00 am para poder terminar y enviarlo.

Así que ahora estoy en mi escritorio después del almuerzo, tratando desesperadamente de no quedarme dormido por agotamiento. También me cuestiono de qué sirve el esfuerzo, incluso si tengo éxito, ¿realmente voy a llevar a cabo mi plan descabellado? Me siento otra vez como el estereotipo de la Generación Y, presionando botones sin tener idea qué va a pasar.

Levanto la vista para ver a un Brad sonreido abriendo la puerta de su oficina. Ha tenido otra reunión con Lana. Pobre chica: parece que ha estado 'especialmente necesitada de orientación' desde que se unió a nosotros el pasado noviembre.

Anteriormente, esa había sido la suerte de Sonja: lo soportó casi desde el día en que llegó a nuestra empresa en julio del año pasado hasta finales de octubre, cuando finalmente le dijo a Brad que ‘preferiría tener menos horas en contacto’ con él. Brad le informó de inmediato al jefe sobre esta 'insubordinación' y luego Dixon llamó a Sonja para darle una reprimenda. 'Tienes que aprender de tus mayores y de aquellos que son mejores que tú. ¡Dado que Brad es uno de los mejores, sería prudente que aceptaras su generosa orientación!'

Me impresiona que, a pesar de las referencias al 'daño que podría hacer' a su carrera, Sonja se haya mantenido firme. Ella todavía está obligada a asistir a algunas de las reuniones de Brad, pero solo cuando hay otras personas presentes. Este fue el acuerdo negociado por nuestra consultora Nicole, quien advirtió a un atónito Dixon  que había que hacer algo para evitar acción legal por acoso sexual.

Lamentablemente, Lana parece carecer considerablemente de la firmeza de su colega graduada en derecho, y me preocupo por ella. En esta ocasión, lleva los labios firmemente apretados al salir de la oficina de Brad. Intento alentarla con una sonrisa, pero ella no se da cuenta; está demasiado ocupada dirigiéndose como flecha  a su escritorio.

Frank tiene razón: he estado haciendo la vista gorda a todo lo que está mal en mi vida, y Brad con su comportamiento hacia las jóvenes en la oficina es sólo un ejemplo. Supongo que por eso presenté la solicitud a McMahon: es hora de hacer ese cambio, de una forma u otra.

Hablando de Frank, logré escaparme a su casa temprano el domingo por la mañana (mientras Kylie estaba en el yoga), pero no estaba en línea. Tampoco había dejado algún mensaje. Probablemente fue lo mejor. Había tenido la intención de presentarle mi 'plan maestro’, pero ahora empiezo a dudar si debiera. Algo me dice que no lo aprobaría; querría que hiciera las cosas a su manera. El problema es que simplemente no estoy listo para hacerlo. Sospecho que nunca lo estaré.

No, tengo mi propia idea. Si sale bien, tal vez pueda extricarme del lío en que estoy. Mientras tanto, lo único que puedo hacer es cruzar los dedos y esperar. Todo depende de cómo respondan los McMahon.

Si le doy demasiada cabeza, empiezo a sentirme desalentado. Insistentemente me planteo: ¿quién querría a alguien como yo? Sé que, hablando objectivamente, tengo la experiencia y la capacidad. Pero entonces me acuerdo de mi reciente humillación por parte del sr. Dixon y vuelvo a dudar en mí.

No habría tal inquietud en la mente de Brad. Si yo estoy en un extremo de la escala de Dunning-Kruger, él definitivamente está en el otro: cuanto más mentecato se torna, más genio se cree…

Me sacuden de seguir 'pensando en las musarañas' los pisotones de Brad marchando hacia la cocina a calentar su almuerzo en el microondas. En unos minutos sé que lo escucharé en su oficina, raspando su plato con un tenedor, un ruido no tan distinto a uñas en una pizarra. Ese es su ritual diario: raspa exactamente seis veces – hay una pausa de diez segundos – luego raspa seis veces más. Y así sucesivamente – durante unos quince minutos. Finalmente, saldrá de su oficina y marchará de regreso a la cocina con el plato vacío. Entonces volverá a su oficina, cerrará la puerta de un portazo, se acostará y (para alivio de todos nosotros en el área abierta) sesteará por media hora.

Rumiando sobre esto, Brad pasa junto a mí, sosteniendo con ambas manos un plato humeante repleto de comida. Entra en su oficina y cierra la puerta con el pie. En cuestión de instantes, comienza el raspado y cualquier duda que tenía sobre seguir adelante con mi 'plan maestro' se esfuma.


Lunes, 10 de febrero de 2014, 9:20 AM

Mi corazón late tan fuerte que siento que va a reventar. Tengo la mirada clavada en mi cuenta de Gmail, y en particular, un correo electrónico nuevo de Jennifer Caldwell. (La gerente de relaciones laborales de McMahon). En este momento, simplemente tengo terror de abrirlo.

He configurado la cuenta de Gmail para que pueda recibir mis correos electrónicos 'secretos'. Esto incluye no solo la correspondencia con los McMahon, sino también cualquier correo electrónico recibido por la computadora del tío Frank en Wanneroo (utilicé la configuración de 'Reglas' en Outlook para reenviar cualquiera de sus correos). Además, he instalado la versión móvil de Skype (junto con los datos de la cuenta de 'Samir') en mi teléfono.

Lo cual significa que ya no tengo que ir hasta casa de Frank para recibir sus mensajes o hablar con él; puedo hacerlo todo de forma remota. (Sí, sé que soy un tanto lerdo. Pero por favor téngase en cuenta: soy de la Generación X, no de la Generación Y. Nada de esto me resulta intuitivo. Tengo que resolverlo desde cero.)

Lamentablemente, no he sabido de Frank en los últimos días. Empiezo a preguntarme si está bien. Pero tengo que recordar que siempre fue un trotamundos y un hombre ocupado. Además, en este momento tengo cosas más urgentes entre manos, tal como este correo electrónico que simplemente no alcanzo abrir.


9:36 AM

La puerta de Brad sigue cerrada, pero lo oigo silbando. 

El viejo Dixon también tiene su puerta cerrada y toda el área abierta zumba de actividad; parece que estoy a salvo para volver a revisar mi cuenta de Gmail.

Amplifico la ventana del navegador y una vez más estoy mirando el mensaje sin abrir de McMahons. Sin pensarlo dos veces, le hago doble clic. Una fracción de segundo después, mi mirada se clava en la palabra 'entrevista'.

¡Lo logré!

Con un tambor latiendo en mi pecho, leo con detenimiento:

Estimado Sr. Djurdjevic

Nos complace anunciarle que ha caido en la lista abreviada para el puesto anunciado anteriormente.

Entoces, nos gustaría proceder a la fase de entrevista del proceso de selección.

A menos que tenga planes de visitar Melbourne, proponemos realizar la entrevista por videoconferencia, quizás por Skype.

Si está de acuerdo, favor de responder por correo electrónico a más tardar al cierre de operaciones del miércoles 12 de febrero de 2014 EDT.

¡Esperamos saber de usted!

Jennifer Caldwell

Gerente de Recursos Humanos 

McMahon, Finkelstein y Braddock 

Abogados

Percy se acerca a mi escritorio, así que cierro el navegador. Mi pulso está tan acelerado que siento un zumbido fuerte en mis oídos y la oficina me da vueltas de forma alarmante.

'Ey Dan, te ves un poco pálido. ¿Estás bien?'

Me toma un rato darme cuenta de que estoy tumbado boca arriba en el piso, con Percy inclinado sobre mí, dándome palmaditas en la cara, mientras Sonja busca un cojín para mi cabeza. Imágenes más distantes y aún borrosas comienzan a enfocar: Lana está enderezando mi silla volcada, mientras que detrás, un Brad con ojos como platos y un sr. Dixon con ceño fruncido están de pie lado a lado como postes de una cerca.

¡Cuánto me alegra haber cerrado mi navegador de Internet!

Escucho a Percy y Sonja turnándose a preguntarme si estoy bien; decido quedarme acostado un rato, una sonrisa tonta en mi rostro pálido 

Que crean que se debe a una confusión semiconsciente.


Miércoles, 12 de febrero de 2014, 9:47 AM

Que no se malinterprete, ¡lo agradezco! Un par de días libres de un lugar como Dixon, Cox y Peters es algo realmente especial.

Y durante un corto tiempo, la gente se esmeró en ser amable. Incluso Lucy pareció preocupada cuando Percy y Sonja me ayudaron a salir por la recepción.

Brad, lo normal en él, andaba de un lado a otro como gallina sin cabeza, tratando de parecer que estaba haciendo algo 'útil' – de hecho, 'esencial' (como por ejemplo activar las puertas automáticas corredizas). Aparentemente, les ha dicho a todos fuera de la oficina que él solo 'prácticamente me salvó '. Ciertamente, Kylie, mis suegros y ahora mis padres creen que eso es cierto; mi padre incluso llamó a Brad personalmente para expresar su sincero agradecimiento por su ‘actuación rápida’ y ‘mantener la calma bajo presión’ (me dio nauseas oír a papá decirle eso, con ingenua sinceridad).

Debo admitir que, al menos, Brad se ofreció a llevarme al médico. Afortunadamente, la insistencia de Sonja en llevarme me libró de la humillación de otro viaje con mi supuesto 'mejor amigo'.

El Dr. Singh se portó como siempre: empático y meticuloso. Su forma de ser desde que tengo uso de razón: ha sido nuestro médico de cabecera desde los días en Tannup (él llegó a Perth cortos años después que nosotros). Mamá dice que incluso me trajo al mundo.

En resumen, diagnóstico que estaba sobrecargado de trabajo y estresado, y me dio un certificado médico ordenando descanso por una semana. Lamentablemente, al 'tantear el terreno' con Percy, me dijo que al viejo Dixon se le quemaría un fusible si me ausentaba más de dos días. Así que aquí estoy: disfrutando de mi segundo y último día de descanso.

En el mejor de los casos, Kylie simplemente odia que esté en casa. Y como estoy bajo órdenes estrictas de descansar, soy 'incluso más aburrido de tener al lado que de costumbre'. Dicho eso, la presencia de Kylie en casa se ha vuelto escasa (y ni idea tengo por dónde anda).

Irónicamente, hace mucho que no me sentía así de bien. Ni me he sentido tan animado desde el sueño reparador que tuve en casa de Frank. Tampoco logro recordar la última vez que he dormido hasta esta hora. De bono, despierto con la tranquila sensación de alivio y satisfacción que proviene de saber que la casa es para mí sólo.

Lo único que me resulta irritante es saber subconscientemente que debo responderle a los de McMahon; a fin de cuentas la fecha límite para hacerlo es hoy. ¿Dónde y cuándo programo la entrevista? ¿Y qué hago si me ofrecen el trabajo? ¿De verdad voy a seguir adelante con mi idea descabellada?

Entro en mi ‘cuarto de desahogo’ y enciendo la computadora. Un maullido agudo anuncia la llegada de Bugsy, que salta a mi regazo, su cola rizada oscila y me hace cosquillas en la nariz. Se da la vuelta y noto que, al igual que yo, se siente algo incómodo por haber abandonado nuestro dormitorio con aire acondicionado; el resto de la casa se siente un poco como un sauna. En esta pequeña habitación en particular el calor es sofocante, ya que ha tenido sus puertas cerradas durante los últimos días.

Alcanzo el interruptor del ventilador de techo y giro el dial al máximo. En cuestión de segundos, el ventilador zumba a una velocidad absurda, girando ligeramente fuera de eje, de modo que el aparato oscila al compás de un crujido regular y ominoso.

El sol fulgura fuerte contra el cristal de la ventana, y através de él puedo ver las palmas doblándose por el embate del caliente viento del este que sopla desde el desierto. ¿Cuándo terminará esta ola de calor?

Escucho su música de fondo mientras el sistema operativo termina de cargar y coloco a Bugsy suavemente en el suelo. En unos minutos estoy, una vez más, mirando el mensaje de Jennifer Caldwell en Gmail.

Me pregunto cómo será. ¡Inevitable! Siempre me formo una imagen mental de las personas con las que correspondo (ya sea por correo electrónico o teléfono); en este caso, imagino a una mujer alta, delgada, pecosa, con cabello rojizo, al final de sus treinta años y con un temperamento algo nervioso. No obstante, soy muy consciente que nunca acierto en mis suposiciones; será interesante ver cuán cerca estoy en este caso. (Si es que se da la oportunidad de conocernos). 

Pero la pregunta mucho más importante para mí es esta: ¿quién me estará entrevistando?

Navego al sitio web de McMahon y luego bajo por la lista de socios: hay siete. El socio gerencial es Ian McCrae. Su imagen revela a un hombre elegante, con cabello canoso bien cuidado, un traje perfectamente entallado y una sonrisa afable. Está sentado tras un escritorio con las manos descansando frente a sí, los dedos entrelazados. Parece acostumbrado a que le fotografíen con frecuencia

Sigo bajando por la página hasta encontrar a la socia que se especializa en propiedad y finanzas: Branka Markovic. (¡Tengo que decir que el apellido suena prometedor!) Resulta ser una mujer de aspecto refinado, en sus cuarenta y tantos años: una nariz afilada y puntiaguda, rasgos muy finos y una estructura ósea delicada, cabellera de rizos tupidos, una sonrisa amable y algo tímida, y una postura que indica estarse inclinando hacia atrás en el momento que se tomó la foto.

Sitúo a Justine en la jerarquía: es una asociada mayor, trabajando bajo Branka. (Por alguna estúpida razón, el corazón se me dispara otra vez.)

En un par de segundos, me doy cuenta de que el ligero sudor que había estado experimentando se ha transformado en chorros. 

La realidad de mi inminente entrevista está comenzando a calar hondo.

Me quito la camisa del pijama y la uso para secarme la frente y debajo de los brazos. (Sí, ya; sé que es un asco, pero la meteré en la lavadora de inmediato – ¡lo prometo!) 

Luego navego de regreso al mensaje de Gmail usando Alt + Tab y reflexiono sobre mi respuesta.

De verdad que no sé qué hacer. McMahon sin duda sugerirá una videoconferencia durante horas laborales (cosa razonable); o justo después. Podrían, por ejemplo, proponer una hora por la mañana. Con el horario de verano, están tres horas adelante. Eso significa que una entrevista a las 9:00 a.m., hora de ellos, se llevaría a cabo a las 6:00 a.m., hora mía.

No puedo imaginarme hacer la entrevista en casa; Kylie podría oírme y levantarse a investigar. Podría ir al trabajo temprano y hacerlo allí, pero si mal no recuerdo, Percy suele llegar un poco después de las 6:30 am (es un verdadero fanático para el trabajo). El resto del día está, obviamente, 'prohibido' cuando se trata de usar mi computadora de trabajo. Y aunque mi teléfono está bien para Skype, solo permite llamadas de voz, no conferencias 'cara a cara'. (Mi portátil HTC con tres años de uso sólo tiene una cámara.) Además, necesitaría encontrar un lugar tranquilo y privado donde pudiera usarlo.

Podría escaparme a casa de Frank, pero realmente solo podría hacerlo después del trabajo, momento en el cual ya sería demasiado tarde en Melbourne.

Entonces se me ocurre:

Tengo el certificado del Dr. Singh.

Si resulta necesario, finjo otro episodio de mareo con tiempo para tomar un taxi 'a casa'. Excepto que no iré a casa – iré a casa de Frank – luego tomaré un taxi a casa.

Presiono 'responder' al mensaje de Jennifer y escribo:

Estimada Sra. Caldwell

Muchas gracias por su correo electrónico.

Estoy muy feliz de aceptar su oferta para una entrevista. Desafortunadamente, no tengo planes de visitar Melbourne en las próximas semanas, así que una entrevista por Skype tendrá que bastar. ¿Qué hora y día le conviene? Reorganizaré mi agenda para poder acomodar sus circunstancias (sólo necesitaría un día previo de aviso).

Gracias por la oportunidad.

Dan Djurdjevic

Abogado

Presiono enviar antes de darle demasiada cabeza al asunto. Luego, me quedo allí en silencio, como si esperara respuesta instantánea. No pareciera que haya pasado tanto tiempo desde que todas las solicitudes de empleo y la correspondencia se realizaban por correo tradicional, y heme aquí, vuelto tan impaciente como el niño que considera inconcebible que una película en Full HD tarde media hora en descargarse, o el tipo que piensa que una comida de microondas de dos minutos 'tarda demasiado en calentarse'.


1:36 PM

Ya pasó la hora del almuerzo, tengo hambre y me está empezando a doler la espalda. Y si Kylie llega a casa y me encuentra sudado, sin camisa y todavía en mis pantalones de pijama frente a la pantalla de la computadora en una habitación sofocante, me va a dar lata.

Sin embargo, por algún motivo sigo pegado a la pantalla. Incluso Bugsy parece molesto; quiere pasar el rato conmigo, pero la habitación está demasiado incómoda. No puede entender por qué no vuelvo al dormitorio, o al menos a nuestra sala hundida que está sombreada por las cortinas y ofrece la comodidad de su mullida alfombra de lana.

Si me sincero, todavía estoy esperando ese correo electrónico. Es un caso de 'no por mucho madrugar se llega más temprano'. Sigo navegando por la net, deteniéndome de vez en cuando a revisar si hay respuesta. Hasta ahora nada, cosa nada sorprendente.

Mientras espero, he estado navegando por mi feed de Facebook, cosa que sigo haciendo. (Claro, estoy conectado como 'Darren Bobobic' con mi foto de perfil de Victor Hugo.)

Veo que Mark Seymour va a dar una charla pública gratuita entre las 5:30 y las 6:30 pm en la Universidad RMIT. Siento una leve ilusión por la posibilidad de que, en un futuro cercano, podría asistir a eventos así. ¿O tal vez no? Alguien lo hará, pero supongo que no seré yo. Quizás esa 'persona' podrá contarme sobre ello para poder disfrutarlo de manera vicaria.

Cuando visito la página de Mark, veo docenas de fotos de varias actuaciones recientes en Geelong, Bimbadgen y Sirromet.

Entonces, entre los comentarios, veo uno del 4 de febrero que me entristece. Es una entrevista con Kochie y Sam en el programa 'Sunrise' del Canal 7, anunciando que los 'Hunters and Collectors' están despidiéndose– para siempre. Parece que su concierto final– de adiós– será en alguna fecha de abril. Así que eso fue todo en cuanto a mudarme a Melbourne para tener la oportunidad de ver a los “Hunters and Collectors” regularmente…

Ya que ahora me siento vagamente deprimido, salgo de Facebook. Todavía estoy pensando en música, así que decido echar otro vistazo a la banda del hermano de Justine: 'The People'. Veo que tienen una cuenta de SoundCloud, así que voy allí y escucho algunas de sus canciones.

Sabrás, nada tienen de malo; tocan una especie de 'pop punk' al estilo de Good Charlotte o Blink 182. Me resulta un poco extraño para una banda tan joven (los miembros están todos en sus veinte, como mucho) ya que ese género pasó de moda hace al menos quince años. Quizás eso es precisamente la intención: están buscando un sonido 'retro'. (¿Quién hubiera pensado que una banda tan reciente como Good Charlotte se consideraría 'retro'? ¡Debo estar poniéndome viejo!)

Balthazar Shelley es, al parecer, tanto su baterista como el cantante principal. Siempre he encontrado esta combinación rara. El único verdadero baterista/cantante que conozco es Phil Collins (‘¡Blej– no menciones ese nombre!’ solía decir Frank. Mientras, el viejo Phil no me desagradaba, aunque nunca lo admitiría ante mi querido tío.)

Volviendo al tema, me doy cuenta que las pistas de 'The People' en SoundCloud son completamente 'hechas en casa' – y para colmo, con baja calidad de producción: las voces son alternativamente demasiado altas o demasiado suaves y obviamente grabadas sin un filtro antipop – Balthazar está cantando en un registro de voz demasiado baja que no le permite entonar con fuerza la melodía (para un género como el punk, necesitas usar los tonos más altos que puedas alcanzar, y luego GRITAR) – el bajo esta ‘colocado’ completamente a la derecha (y no en el centro como debería) – la batería está mal grabada, con los platillos y el bombo mucho más fuertes que todo lo demás – el solo de guitarra es TAN APARATOSO (en comparación con el resto de la canción) que me veo obligado a quitarme los auriculares para proteger mis oídos… Y así por el estilo.

Su material es fundamentalmente sólido, tanto en composición, instrumentación como en concepto. (Sin duda tocan mejor de lo que yo sería capaz). Pero las pistas en SoundCloud están organizadas, grabadas y mezcladas de una manera muy de aficionado. Meramente con editar un poco la mezcla mejoraría enormemente su sonido, sin mencionar pequeños cambios en la tonalidad y la técnica de grabación.

No concibo por qué estoy pensando en esto. Sin duda, es más atribuible a los años de la meticulosa pedantería de Frank que a cualquier sentido de altruismo o caridad. No obstante, cuanto más escucho su música, más obsesionado me vuelvo con querer decirles en qué se están equivocando. Los remedios son tan simples, tan obvios. No logro imaginarme por qué nadie les ha dicho antes. Me tienta enviarle un correo electrónico anónimo a Balthazar Shelley con algunos consejos. Pero que no quepa duda, sé que no lo haré.

Y sí, espera: ¿qué carajo me concede peritaje para ponerme a opinar? Bueno, a finales de 1999 y principios de 2000, justo antes de que Kylie y yo nos casáramos, Frank rompió con su estilo habitual y compró un software de música para su computadora. (Remplazando su grabadora de cuatro pistas, digna de los Picapiedras).

Según recuerdo, los dos programas principales que usaba Frank eran Acid Pro 2 (una especie de mesa de mezclaje virtual) y Soundforge 4.5. (un editor para WAV). Le ayudé a instalarlo en su antigua computadora Gateway con Windows 98. ¡Se tardaba diez minutos en procesar una canción!

Pasé no sé cuántos fines de semana en casa de Frank, inicialmente sólo aprendiendo a usar el software, luego grabando fragmentos de sonido y después mezclándolos en pistas. Ninguno de los dos sabía lo que estábamos haciendo. La tecnología era tan nueva y emocionante que la época ahora parece embriagante.

Por suerte o desgracia, llegó mi boda y todo el proyecto murió de repente. Pero por un tiempo, llegué a creer de verdad que (cosa poco probable) Frank y yo podríamos (y lograríamos) producir música de calidad.

Puede que no nos hayamos convertido en famosos músicos de garage, pero Frank y yo aprendimos un poco sobre música y mezclaje.

Frank se envolvió tanto en ello que incluso asistió a la escuela nocturna en SAE (una universidad de ingeniería de sonido) durante un año (2000). (Resultó ser el alumno de mayor edad en su grupo.) Recuerdo haberme sentido bastante celoso, pero mi recién comenzada carrera legal significaba que no podía unirme a él.

'No te preocupes, sobrino,' solía decir Frank, 'te enseñaré todo lo que aprenda. No hay razón para que los dos estemos allí.'

Y Frank cumplió su palabra: cada viernes por la noche iba a su casa en Northbridge y nos sentábamos alrededor de la computadora con Windows 98, grabando muestras, creando sonidos iterativos, mezclando pistas… Frank me transmitía con esmero la esencia de las lecciones de la semana. La mayoría de las veces me quedaba a pasar la noche y continuábamos durante todo el sábado. Fue genial, posiblemente el mejor momento de mi vida.

En fin, es a partir de esto que tengo una idea razonable de lo que 'The People' está haciendo mal. Las pistas originales son bastante buenas; el problema está en la mezcla del sonido. Frank solía decir que: 'Los mojones no se pueden pulir.'

Y es verdad, si tu pista original es un desastre, deberías rendirte y empezar de nuevo. Eso es lo que descubrí cuando intenté cantar: no había forma de que Autotune pudiera arreglar mi voz temblorosa y vacilante. Lo mismo sucedía cuando la señal de nuestra guitarra era demasiado débil o teníamos ruido de fondo – la mejor opción siempre era volver a grabar la pista.

Y sí, a veces intentábamos adornarlo con efectos llamativos. Pero como decía Frank: 'No estamos realmente puliendo la caca, sino más bien ¡rodándola en perlitas y pintándolas para que parezcan de azucar!’


De repente, escucho el coche de Kylie bajando por la calle. Estoy tan sintonizado ya con él que puedo reconocerlo por el sonido del motor. Me doy cuenta de que no he vuelto a revisar mi cuenta de Gmail, así que cambio la pestaña rápidamente.

Hay respuesta, así que la abro:

Estimado Sr. Djurdjevic

¡Eso suena perfecto!

¿Cómo le vendría este viernes a la 1:30 p.m. EDT? Nuestro socio gerencial está interesado en poner las cosas en marcha lo antes posible.

Jennifer

El coche de Kylie está entrando al camino de acceso mientras hago clic en 'responder'. Calculo que el tiempo dará lo justo. Escribo rápidamente una respuesta:

Genial, Jennifer.

Buscaré mis detalles de Skype y se los enviaré en algún momento hoy.

¡Otra vez, gracias!

Dan

Escucho el traqueteo del freno de mano mientras presiono ‘enviar’. Oigo al motor apagarse y el abrir de la puerta del coche. No me da tiempo a desconectar la computadora, así que apago el interruptor en la pared, me pongo mi camisa de 'pijama' arrugada y sudorosa y salgo del cuarto hacia el pasillo, mientras cierro la puerta tras de mí.

Se escuchan las llaves de Kylie tintinear, y veo la cerradura girando y la puerta abriéndose cuando entro en el vestíbulo. Sé que le bastará un vistazo para deducir que algo me traigo . Así que, por puro pánico, hago lo único que se me ocurre: me tumbo boca abajo en el (agradablemente fresco) piso de losetas de pizarra justo fuera de nuestro dormitorio y finjo un desmayo.


Viernes, 14 de febrero de 2014, 8:30 AM

'¡Compaaa!' Brad me mira por encima de la pared de mi cubículo otra vez. Parece estar muy satisfecho consigo mismo.

'Sí, socio – ¿cómo estás?'

‘Todo bien. ¡Genial, de hecho! ¡Veras, ayer inicié algo realmente increíble!’

‘¿Ah, sí?’ Miro mi reloj disimuladamente. Necesito escabullirme en aproximadamente media hora para llegar a casa de Frank y prepararme para la entrevista con los McMahon. Quiero tener tiempo de sobra para preparar la computadora, repasar algunas posibles preguntas, calmarme y asegurarme de que no estoy sudando... También necesito tiempo para preparar mi salida de la oficina. Incluso tengo un poco de talco en mi maletín para simular palidez en mi rostro. Lo menos que necesito en este momento es que Brad me robe tiempo.

‘¡Nunca adivinarás lo que he hecho! Me compré...’ Brad está aleteando las cejas de nuevo, sonriendo como gato que se comío al ratón, '¡un negocio!' Ahora sí capta mi atención.

'¿Un negocio?' ¿De qué tipo?’

'Artículos de novedad.' Brad se reclina satisfecho, asintiendo como uno de esos juguetes que a menudo se ven sobre el tope del tablero de los coches, que funcionan con energía solar.

‘¿Eh?’

'Sabes, tonterías que normalmente no comprarías para ti mismo pero aún tienen su encanto. Bueno, pues tenemos montones de productos diferentes así – todos ellos geniales. Me pregunto quiénes son 'nosotros' – no sabía que Brad estaba planeando una sociedad comercial con alguien. Continúa su relato con entusiasmo, extendiendo la mano para contar sus dedos, con el rostro fruncido en concentración: ‘¡Tenemos… peladores de cebolla! ¡Y... afiladores de esponjas! ¡Y... repelente de jirafas! ¡Tenemos... bolsas de té impermeables! ¡Incluso tenemos asientos de inodoro con agujeros falsos en ellos! ¡Ay, ni siquiera puedo recordar los demás, pero todos son realmente interesantes!'

'Aclárame, Brad: ¿compraste una tienda de artículos de broma?'

'Bueno, no es exactamente una tienda...'

'Entonces, ¿cómo vas a vender estos 'artículos de novedad'? ¿Desde el maletero de tu coche? ¿De debajo de un abrigo? Hace un calor insoportable como para llevar un abrigo en este momento, ¿no crees?'

‘¡No, no, no!’ Puedo ver que está molesto.

‘¡Ah!’ Levanto la mano. 'Ahora entiendo. ¡Los vas a vender por internet! ¡Por supuesto, qué tonto de mi parte!' Empiezo a sentirme vagamente impresionado. Esto podría no ser tan mala idea después de todo; la gente compra todo tipo de basura en en el internet. Quizás Brad resulta ser más que uno que cae dentro del  espectro sociopático o el Juan Bobo del pueblo.

'¡No!' Noto que rocío saliva, como cuando dice algo con desdén. 'El Internet no tiene futuro, amigo – está muriendo. Noticia del periódico de ayer. Además, no sé lo más mínimo sobre computadoras.’ Esa última parte es absolutamente cierta. Brad todavía tiene una computadora de escritorio con Windows Vista (completa con pantalla CRT) que casi nunca enciende. Mis suegros le regalaron un iPad para Navidad, pero según el propio Brad, sólo lo usa para ver pornografía y jugar a Angry Birds (todavía estoy molesto porque mi regalo de parte de los suegros no fue otra cosa que una botella de un litro de 'Déjame rociarte - una colonia por David Hasselhoff').

'¿Y cómo vas a vender estos 'artículos de novedad' entonces?' Estoy empezando a ponerme nervioso; esto se torna en otra 'conversación con Brad' y es una que preferiría no tener, especialmente en este momento. Debería callarme de aquí en adelante.

'Se me ocurrió la idea cuando fui a la reunión de Termomix de Yvonne. Me di cuenta que ese era el futuro: de persona a persona. La gente comprándole a otra gente, no de alguna estúpida página web o de alguna estúpida tienda. Comprar cosas a personas que conoces y en las que confías.’

'Ajá. Suena a esquema de mercadeo multinivel, ¿no, Brad?’

‘¡No, no, no!’ protesta. Pareciera que a Brad lo han programado con respuestas preparadas: 'Cuentas Asociadas para Cantidades Aumentadas'. Ese es el nombre de nuestra empresa: 'C.A.C.A.'. (Brad pronuncia esto como 'caca'.) 'Voy a organizar una 'sesión informativa' pronto que lo explica todo. Nick dice que será pan comido: recuperaré fácilmente mi inversión de $2,000.'

'¿Quién es Nick?'

'Es mi entrenador de “Cuentas…”. Lo conozco de la iglesia.’

'¿Y tú le acabas de dar $2,000?'

'No. Acabo de invertir $2,000 en un negocio. Hay una gran diferencia.' Sacude la cabeza molesto antes de continuar: 'Pensar que ninguno de los demás en la sesión de orientación quería comprometerse... Te digo, ¡perdieron a lo grande, hermano! ¡A lo grande! ¡Qué tontos! ¡Ja, ja!'

'¿Entonces, qué obtienes exactamente por tu 'inversión' de $2,000?'

'¡Pues– sólo un negocio, eso es todo!' Mientras dice esto, Brad baja su entonación y adopta una especie de tremulación sarcástica, moviendo la cabeza de un lado a otro mientras se pone bizco (supongo que para ilustrar que soy un 'tonto'). 'Para empezar recibes, como, unos avíos para presentaciones que te enseñan exactamente cómo llevar todo el asunto, especialmente las sesiones educativas. Y no necesitas saber nada sobre negocios de antemano. Está todo ahí: cintas de video y de audio y todo lo demás. ¡Es magia!'

Demás decir que estoy pensando: ¿Qué diantre? ¿Cintas de video y de audio? ¿Quién usa eso todavía? ¡Esos materiales no se han actualizado en al menos dos décadas! Pero no me molesto en mencionarlo. En su lugar, me limito a decir: 'Brad, tengo que volver al trabajo.'

'¿Qué opinas? ¿Quieres ganar un millón fácil?'

‘No, Brad.’

'¡Tienes que pensar en tu futuro, hermano! ¡Esto es lo que has estado esperando! Sabes, algunas personas simplemente nunca toman la vida por los cuernos; en cambio, dejan que otros tomen las riendas y luego se sorprenden cuando las cosas no salen como esperaban.' (Noto el mejunje de metáforas, pero decido no comentar.) 'Bueno, no me malinterpretes: nuestros productos son geniales y todo eso. Por supuesto que lo son. Y algunas personas están en esto por los productos.' Ajá, sí. 'Pero la verdad, mi socio' Brad me da uno de sus doble aleteos de ceja, ‘sólo estoy en esto por el dinero – ¿sabes a lo que me refiero?’ Decido no responder. En cambio, finjo volver a mi trabajo. Pero Brad no se deja disuadir tan fácilmente. 'Verás, no voy a ser como mi viejo. Podría haber sido un pianista de concierto a todo lo grande, ¿sabías? Una vez le pregunté: '¿Por qué nunca tocaste profesionalmente y ganaste mucho dinero?' y él me respondió: 'No, ¡no soy tan bueno!' Bueno, ayer prometí que no iba a ser como mi viejo – iba a hacer algo importante con mi vida. ¡Creo que este es el momento!'

'Sin ánimo de ofender, Brad. Sigue sin interesarme' Miró mi reloj. Son las 8:44 a.m. No me queda mucho tiempo. Brad está sacudiendo la cabeza y torciendo los labios con desdén.

'Bueno compa, tú te lo pierdes. Estoy bastante seguro de que Kylie lo verá de manera diferente.'

Con esto, Brad se marcha a su oficina y cierra la puerta de golpe. Me horroriza la posibilidad de que Brad le hable a mi esposa sobre su esquema de mercadeo multinivel; la cegará con los signos de dólar.

Sonja pasa por mi escritorio y nota  mi rostro afligido. '¿Estás bien, Dan? ¿Te estás sintiendo débil otra vez?'

Ajá: esta es mi oportunidad.

8:55 AM

Salgo del área de baños con la cara adecuadamente cubierta de talco. Espero no haber usado demasiado; solo quiero lo suficiente para verme más pálido de lo que ya soy.

Al pasar frente al escritorio de Lucy, empiezo a respirar de manera estertórea y a cojear (por qué hago esto, no lo sé – ¿exactamente cómo camina una persona mareada?). Lucy lo nota y dice:

‘¿Qué pasa?’ ¿Te lastimaste la pierna o alco así?' (Me encanta la forma en que Lucy ocasionalmente sustituye la g por una c al hablar.) Cuando me doy vuelta para mirarla, suelta una exhalación y grita: '¡Estás todo blanco! ¡Es como si fueras a desmayarte en cualquier momento!' Y comienza a gritar en su típica voz chillona: '¡PERCY!" ¡SEÑOR DIXON!' Me apoyo en el mostrador (fingiendo necesitarlo) y continúo jadeando.

'Creo que solo necesito descansar un poco... Ya se me pasa...'

'¡PERCY! ¡VEN AQUÍ AHORA MISMO!'

'Eh, Lucy,' digo casi en un suspiro. 

'¿Sí, qué? ¿No ves que estoy ocupada?'

'Quizás mejor lo  llamas por teléfono,' digo, señalando su consola multilíneas.  El área de recepción está separada del resto de la oficina por una puerta que aísla sonidos, instalada específicamente porque Dixon una vez reprendió severamente a un empleado y espantó a unos clientes potenciales que estaban esperando en el vestíbulo y lo escucharon todo.

‘¡Ay, por supuesto!’ Lucy (que todavía lleva puesto su auricular) marca el número de Percy.

Tan pronto como responde, ella vuelve a gritar: '¡PERCY...!'


9:35 AM

El taxi dobla en la vereda de entrada de Frank.

'¿Estás seguro que no querer ir a hospedal, amigo?' pregunta el conductor. 'No te ves tan bien. Volviéndome muy blanco. Es como una película de terror. Estoy pensando que te ves como un zombie. ¿Tal vez estás tomar algún de droga?'

'No, estoy bien,' le aseguro. Saco un billete de 50 dólares. Puedo ver que el medidor marca ‘$38.80’. 'Quédese con el cambio,' digo, pero el taxista no se deja disuadir tan fácilmente.

'Tu jefa, ella me decir que te lleva directo al hospedal. Pero tú no quieres ir. En lugar de eso, ¿quieres venir aquí a este lugar en Wanneroo? No es hospedal. Estoy pensando que este puede ser un lugar de drogas.'

‘Bueno, vaya: ¿Cómo te cae una propinita extra por cuidarme tan bien?' Saco otros 50 dólares y se los estiro hasta la palma de la mano.

'¡Vale!' dice, encogiendo los hombros con indiferencia, y se marcha. 

 Desactivo la alarma y subo directamente al baño de Frank. Casi me quedo sin aliento al ver mi rostro en el espejo. Puede que se me haya pasado la mano un poco con el talco – parezco un fantasma. O tal vez un gótico. No estoy seguro. Me lavo con esmero, cuando estoy seguro que no queda huella del talco, me seco cara y manos, bajo a la cocina y me preparo una taza de té. Por suerte, Frank tiene un poco de leche de larga vida en su despensa. Odio el té sin leche casi tanto como odio el té con leche desnatada; resulto ser más inglés que los propios ingleses. Y, por suerte, también encuentro un paquete de galletas de mantequilla (a Frank y a mí nos encantan las galletas de mantequilla – se creería que somos escoceses).

Esto significa que puedo sentarme durante unos minutos en paz y tranquilidad a leer las noticias en mi portátil.


10:29 AM

Estoy en el estudio frente a la computadora y he activado Skype. Estoy nervioso, pero también sé que estoy lo más preparado posible. Solo falta la llamada de los McMahon. He estado esperando unos diez minutos. Se me ocurre que diez minutos es el límite que se debería esperar por algo: un autobús, un microondas, un programa de televisión, un compromiso, un amigo conque te has citado – ¡lo que sea! Más de diez minutos siempre resulta insoportable.

Mientras cavilo en esto, suena el tono de Skype. ¡Por poco me saltan los ojos de la cara! Pero logró hacer clic con una mano vacilante sobre el botón de ‘respuesta’. 

Al instante apareció la imagen de una mujer bajita y robusta,  de cincuenta y tantos años, con gafas bifocales y cabello canoso recogido en un moño. Sonríe y veo dientes torcidos.

‘¿Dan? Soy Jennifer. ¿Cómo está?'

'Hola Jennifer; muy bien,  gracias. ¿Y usted?' Una vez más me doy cuenta de lo inepto que soy para adivinar la apariencia de las personas antes de conocerlas.

'Muy bien. ¿Está listo para su entrevista?' El tono de Jennifer es liviano y alegre; me hace pensar que estoy a punto de entablar una charla agradable con una amiga de años, y no una entrevista de trabajo.

'¡Por supuesto!'

'¡Genial! Bueno, aquí está su panel de entrevista; se los presentaré. Deme un segundo y alejaré la cámara para que pueda vernos a todos.' Luego de un poco de sacudidas borrosas y ajustes, la imagen se estabiliza y puedo ver a Jennifer y otras dos personas – un hombre y una mujer – sentados en una mesa de conferencias. La mujer la reconozco al instante como Branka Markovic. Toma un momento más reconocer a Ian McCrae; se ve un poco más viejo que en la foto del sitio web y su cabello se le ha  clareado notablemente. (Aunque retiene su aire elegante).

'Hola Dan, ¿puedo llamarte Dan?'

'¡Cómo no, adelante!'

'Soy Ian y esta es Branka.'

‘¿Cómo están ustedes?’


11:34 AM

La entrevista casi ha llegado a su fin y estoy entusiasmado. Parece que me ha ido muy bien. Me sentí muy a gusto tanto con Ian como con Branka. De hecho, ambos me agradaron al instantante . Espero que fuera mutuo.

'Bueno Dan, tengo unas preguntas finales,' dice Ian.

'Claro. Adelante.'

'Veo que tus referencias son solamente de tu bufete anterior. Esto es más una observación que otra cosa. Si quieres aclarar el asunto, puedes. Si no, no insistiré en el tema.'

‘Yo…’ Esto va a ser difícil. Confié haber terminado la entrevista sin tener que abordar ese tema incómodo. No se me ocurre qué decir, pero siento que les debo una respuesta. 'Pues... se trata de que no concordamos- en cuestiones de ley, prácticas gerenciales y de relaciones interpersonales... en fin, en nada.' Eso es todo lo que se me ocurre. Ante mi asombro, Ian estalla en carcajadas. Incluso la reservada Branka se tapa la boca mientras ríe de buena gana.

'¡Eso es probablemente lo más delicado y fino que le he oído a alguien decir sobre Dixon!' Al verme atónito, Ian agrega: ‘Mire, compadre, ambos te entendemos. Fui a la facultad de derecho junto a  Dixon. Incluso escribimos artículos juntos. Tanto Branka como yo hemos tenido conflictos con él en los tribunales a lo largo de los años. Sigue tan loco como una cabra. No he conocido a alguien con menos don de gente que ese tipo. ¡Si te hubiera dado una buena referencia, dudo mucho que estuviéramos entrevistándote hoy!' Suelto un enorme suspiro de alivio.

'¡Y yo que pensé que había hundido el barco!' Ian, Branka, Jennifer (y yo) estallamos en una nueva ronda de risas. Después que se calma, Branka se vuelve hacia Ian y Jennifer, y ambos asienten. Entonces ella se vuelve hacia mí:  

'No andemos con rodeos.' Habla con un acento europeo marcado, pero culto y digno, me resulta misteriosamente reconfortante. Branka continúa: 'Creo que hablo por  todos al decir que nos complace traerte con nosotros. Si eso te complace, nos gustaría saber cuándo puedes empezar.'

'Eh... ¡Claro que me complace! ¡Puedo empezar... tan pronto como quieran!'

'¿No tienes que darle aviso a Dixon?' Branka me mira con curiosidad.

'Eh... Estoy de licencia prolongada en este momento. ¡Así que puedo dar aviso y empezar... digamos... en una semana!' Estoy improvisando, pero ¿qué más puedo hacer?Ciegamente, no he planeado más allá de este punto. Supongo que en el fondo nunca pensé conseguir la plaza.

'¿Y en cuanto a la reubicación, el alojamiento – ese tipo de cosas?' pregunta Jennifer.

'Yo... tengo un buen amigo en Melbourne y me ofreció el uso de su casa, al menos hasta que encuentre alojamiento.'

'¿No tienes familia u otras obligaciones?' pregunta Ian.

‘No.’ Miento. 'Soy yo sólo. Bueno, tengo an mis padres aquí. Pero nadie más...’ 

‘¡Entonces, asunto concluido! ¡Creo que ninguno de nosotros esperaba que resultara tan sencillo! ¿Qué te parece una semana a partir de hoy?' Si Ian sospecha que algo no anda bien, no lo demuestra.

'Sí... ¡eso sería genial!'

'¿No vas a preguntar sobre tu salario?' Jennifer parece algo sorprendida por mi nivel de entusiasmo.

‘Um... ¡sí, por supuesto!’

'Bueno, estarías comenzando a nivel de asociado mayor, que paga $223,000 bruto.' (De hecho, eso es $70,000 más de lo que Dixon me paga. Trago saliva. Ni siquiera me había molestado en preguntar sobre el salario.)

'¡Eso es... perfecto!' Ian, Branka y Jennifer intercambian miradas y sonríen. No deduzco si se están riendo de mí o si están meramente complacidos con mi aparente entusiasmo.

'Por cierto, también hay la oportunidad de comprar una participación en la sociedad en unos años. Pero eso es algo que necesitaremos considerar en una fecha futura.'

'Claro, claro... ¡Quiero decir, estoy abrumado!' El panel vuelve a reir. Ian entrelaza las manos y dice:

"Bueno, entonces – está decidido." Comenzarás el 21 de febrero de 2014. Será un día de orientación. Creo que ya conoces a Justine Shelley, ¿verdad? Ella se encargará de orientarte sobre como hacemos las cosas. Mi corazón comienza a latirme fuerte en el pecho.

'¡Genal!' es lo que alcanzo decir. Por supuesto, quise decir 'Genial', pero me sale abreviado y entrecortado por el nudo en la garganta. '¿Los  veré a, digamos, las 7:30 de la mañana?’

'¡No seas ridículo!' ríe Branka. ¡Probablemente no habrá nadie aquí! Con el horario de verano, eso es demasiado temprano. No, a las 8:30 estará bien.'

‘Ah… ¡Bueno,  a las 8:30!'

Nos despedimos (lo cual, mucho me temo, implicó efusivas y repetidas'gracias' de mi parte) y escucho el 'bip' cuando la conexión de Skype se corta.

Parece que estoy a punto de embarcarme en una aventura.

O al menos, una copia de mí lo está.

Me dejo caer en la silla y permito que la agotadora carga emocional (y la incertidumbre sobre mi 'gran plan') me inunde. También está el 'pequeño detalle’ de regresar a casa sin despertar sospechas entre Kylie y mis compañeros de trabajo.

La vida no está destinada a ser fácil. ¿Pero por qué también tiene que ser tan compleja?


Domingo, 16 de febrero de 2014, 8:15 AM

Percy (nuestro gerente de oficina) es de ascendencia japonesa. No lo he mencionado antes, probablemente porque no es relevante, salvo para explicar cómo obtuvo su ‘nombre’.

Percy nació en Perth, pero sus padres no; son de Osaka. El verdadero nombre de Percy (según los documentos oficiales que he visto) es Hiroshi Kase. Su padre emigró de Japón a principios de los años ochenta para trabajar como ingeniero en el sector minero y su esposa lo siguió poco después. Al par de años nació el pequeño Hiroshi. Su madre opinó que necesitaba un 'nombre australiano' para uso diario, y le gustaba bastante 'Percy'  (pero ella, al pronunciarlo, añade una sílaba y acaba sonando como 'Persia').

Por mala suerte, la madre de Percy no se dio cuenta de que el  'nombre australiano' que eligió no combina tan bien con su apellido. Me refiero a que, desde una perspectiva japonesa: ‘Kase’ (加瀬) se pronuncia ‘Case’, y ‘Percy Case’ suena perfectamente ordinario y respetable.

Pero la mayoría de la gente lo que oye es  ‘por si acaso’.

Percy odia que lo llamen 'Porsi Acaso'.

Y nada, que el señorito Percy Kase / Porsi Acaso casi me arruina todo lo del viernes. Me habría salido con la mía si este no hubiera llamado a mi casa alrededor de las 11:30 de la mañana. (A ver qué noticias había sobre mí). Para colmo de males, Kylie estaba en casa cuando sonó el teléfono. ¡De verdad que ‘estoy salado’!

Por supuesto, Kylie no sabía sobre lo que me había pasado, ni en la oficina ni después. El no enviarle siquiera un mensaje no presagiaba nada bueno; asumió que algo serio debía haber ocurrido.

Así que Kylie llamó al Hospital Royal Perth. Como era de esperar, dio con  nada: ningún Daniel Djurdjevic había sido admitido en el Departamento de Accidentes y Emergencias. Ante eso, salió a la carrera hacia el hospital, con Narkis a cuestas, para ver si estaba esperando en el vestíbulo. Brad se encontró con ellos allí (con el visto bueno del Sr. Dixon). Mis padres también fueron avisados. Cuando no dieron conmigo, todos entraron en pánico total.

A esa hora estaba sentado en la consulta del Doctor Singh en Carine, leyendo una revista. (él guarda los mejores ejemplares de National Geographic). Tomé un taxi hasta allá después de mi entrevista. Pensé que necesitaba algo que corroborara mi día extra libre, incluso aunque ya tuviera un certificado para toda la semana.

El dr. Singh ya no factura através de Medicare, así que el gasto me resintió el bolsillo. Pero, como la propina generosa al taxista, no quedó otra.

Recuerdo que la recepcionista, al atender la llamada, me miró de forma curiosa:  

‘Sí, señora Djurdjevic,’ Le escuché decir: 'Su hijo está aquí. Sí, ha estado esperando un rato; el dr. Singh está retrasado. No, no tardará mucho más. Sí, puede hablar con él. Espere, se lo paso.'

Mientras tanto, estaba ocupado sacando mi teléfono HTC del bolsillo, maldiciendo al encontrarlo silenciado. Como era de esperar, había una docena de llamadas perdidas, tres mensajes de voz y dos textos.

¡Otra vez metido en camisa de once varas!

'Hola, ¿mamá?...'

Se podrá adivinar el resto.

Por suerte para mí, soy ocurrente. Les dije que había ido al Royal Perth Hospital, pero la cola en recepción era tan larga que después de media hora de espera, decidí que sería más rápido ir al consultorio del Dr. Singh. Además, dije, me estaba sintiendo mucho mejor. Así que tomé un taxi hasta Carine para ver a mi médico de cabecera. Todo lo cual era razonable, ¿no?


En resumen, no me salió tan cara la cosa. Kylie y mamá me regañaron severamente por 'nunca contestar el teléfono' y 'ser despistado' y 'no pensar en ellas - nunca'. Kylie estalló en llanto y mamá la abrazó. Narkis salió al patio delantero a fumar, cerrando de golpe la puerta de tela metálica. (necesito ajustar el resorte). Mi padre y Toula me dieron miradas silenciosas y tristes que implicaban: '¿Por qué te empeñas en meter la pata?' Pero aparte de eso, al parecer en este chanchullo me había salido con la mía.

Por supuesto, si alguno de ellos se hubiera molestado en sacar la cuenta, podría haber notado la discrepancia en mi cronología de aproximadamente una hora y media. Afortunadamente, nadie lo hizo.

Excepto Percy.

Es un peligro. Me llamó a casa anoche para decirme: 'Te tengo en la mira, amiguito. Te fuiste de jarana por ahí, ¿verdad? Probablemente a un café y tomaste un buen latte antes de arrastrarte hasta tu médico. ¡No me sorprendería si te inventaste todo solo para librarte del trabajo! Te crees muy listo, pero te diré una cosa: yo soy más inteligente. He hecho un registro de tu uso de Internet y ¿adivina qué he encontrado? ¡YouTube y Facebook! ¡Así es! ¡Y Twitter! ¡Y Blogger! Me pregunté cómo te las arreglaste, ¡entonces fui a tu computadora y vi que habías cambiado la configuración de DNS! ¿Qué te hace pensar que puedes salirte con la tuya con ese tipo de cosas, eh? Esto irá a tu expediente, amiguito – voy a presentar una queja formal contra tí ante el Sr. Dixon. Te van a revocar todos tus privilegios de Internet, puedes contar con eso.'

Percy Kase es un ser esencialmente mezquino. Kylie notó que estaba hablando con él y debe haberse preguntado de qué se trataba, pero no se ha molestado en preguntarme. Ya no nos hablamos.

De hecho, cualquier ‘tregua” en mi matrimonio se le ha dado de lado; Kylie, una vez mas, me está tratando con sorna descarada.


En este momento, Kylie está a punto de irse a su yoga matutino de domingo.

Bugsy y yo vamos camino a la cocina para desayunar y ella nos pasa en el pasillo con un silencio helado que alcanza la altura de guerra fría.

Le sirvo a Bugsy algunas de sus galletas y saco una lata de su pescado, luego me acomodo en la mesa para desayunar mi cereal.Afortunadamente, el concepto de "fin de semana de forrajear" ha caído en desuso, según lo previsto. Lo triste es que no tardo mucho en comprobar que nuestro hogar pronto estará sujeto a otra moda: CACA. Ella plantea el tema de manera abrupta e inesperada, dado que no hemos hablado desde el viernes.

'Jamás me hablaste del negocio de Brad.' Kylie está de pie en el descansillo sobre la cocina, sosteniendo sus llaves en una mano, la otra apoyada en su cadera, los labios apretados formando un puchero.

'No sé si merece llamarse un 'negocio', cariño. Él sencillamente le dio a un tipo de la iglesia $2,000 – por ninguna razón práctica.'

'Brad no lo explicó así.' Resopla: 'De todos modos, eso es exactamente lo que él dijo que dirías: algo negativo. Creo que esa podría ser la razón por la que él tiene tanto éxito y tú no. Él ve oportunidades para superarse, pero tú solo ves razones para no hacerlo.'

Queda claro que los mismos problemas han estado cociéndose a fuego lento solapadamente: nuestra 'desescalada' ha tenido toda la sinceridad de un noticiero norcoreano. Solo estábamos posponiendo lo inevitable: desacuerdos fundamentales que han creado una brecha en nuestro matrimonio. Por el momento, decido ceñirme al 'tema CACA':

'Kylie, es solo otra estafa de mercadeo multinivel. Brad ha sido engañado, le dio dinero a alguien nebuloso. Ahora espera timar a otra persona para al menos recuperar lo que perdió. Aquí no hay 'un negocio'. Es sólo un timo y mucha avaricia.' Kylie frunce el ceño con incredulidad.

'¡No entiendo cómo puedes ser tan grosero! Conozco a Nick y es una persona realmente agradable. Él no 'engañaría' a nadie. ¡Él tiene un negocio y tú solo estás celoso porque ERES UN FRACASADO!'

Ante esto, suelto mi cuchara. Incluso Bugsy deja de comer y sube la mirada. Después de un rato, decido limitarme contestar:  

'Si soy un fracasado, ¿por qué me acaban de dar un ascenso especial?'

'¡Bah!' Suelta uno de sus famosos resoplidos. ‘Estás soñando. O estás mintiendo. No sé cuál es peor: siempre es uno u otro. Brad ya me dijo que no te van a ascender. Probablemente nunca. El sr. Dixon te odia. Y todo es por nunca intentar superarte. No te importa...' Kylie comienza a ahogarse. ‘¡No te importa... sobre NOSOTROS!’ Estalla en llanto. Puedo ver que su tristeza es genuina, aunque por motivos equivocados. Realmente cree lo que está diciendo. Idiota que soy, no puedo evitar sentir pena – por ella, por mí, por todo. Continúa sollozando en el descanso mientras subo y trato de rodearla con un brazo.

'Ven aquí, cariño,' digo suavemente, 'no es así en lo absoluto.' Pero Kylie no está en las de querer entender. Me empuja bruscamente y sigue llorando. Su rostro casi al instante se convierte en un pantanal de maquillaje chorreado. (Nunca he podido entender por qué se molesta en usarlo para ir a clases de ejercicio.) 'Ya, ya...' Persevero a pesar de su resistencia cada vez más violenta hasta que por fin cede y apoya su cabeza en mi pecho, su cuerpo sacudiendo con sollozos entrecortados. 'Sabes,' le digo, 'Brad no está al tanto de todo. Algunas cosas tienen que mantenerse confidenciales.' La alejo y le sostengo el rostro con suavidad. 'Escúchame: es cierto que he obteniendo un contrato especial. En efecto, una ascenso grande. Es por haber traído a CIQ Hierro al bufete. Dixon se ha visto obligado a dármelo. Está todo firmado, sellado y entregado. Acabo de enterarme anoche, pero estabas demasiado enojada como para decírtelo.' Kylie se aparta, su rostro una mezcla de lágrimas y confusión. Parece un panda angustiado.'

‘¿Qué estás diciendo?’

'Lo que quiero decir es que CIQ quiere que me encargue de su cuenta.' (Estoy inventando sobre la marcha, por cierto.) 'Han presionado al sr. Dixon para que me deje hacer un trabajo especial para ellos. A Dixon no le gustó, pero ha tenido que acceder.'

'¿Me estás tomando el pelo?'

'No, cariño. De verdad que no. De eso se trataba la llamada de anoche. ¿Recuerdas?' (Se me hace que necesito cuadrar esa llamada de alguna manera; esta podría ser la mejor alternativa.)

'¡Eso es ridículo! Era Percy en el teléfono. Podía escucharlo; estaba enojado. Él y el sr. Dixon te odian con saña. ¿Por qué te darían un “ascenso”? ¿De verdad esperas que te crea el cuento?' Suspiro y bajo la voz:  

'Sé que es difícil de creer, pero Dixon y yo hemos llegado a un “entendimiento”. Percy... bueno, él es solo un mensajero reacio. Pronto – muy pronto – estaré ganando mucho más dinero del que gano ahora. Mucho más. Suficiente para que estemos muy, muy cómodos.' Kylie me empuja bruscamente.

'¡Estás siendo cruel! ¡Eso es imposible!' Río en respuesta.

'No, no, ya verás. El primer pago del aumento entra en algunas tres semanas.’ Kylie me mira con escepticismo, pero sigo sonriendo. 'Está bien,' digo por fin. 'Si miento, bueno... puedes... No sé, divórciarme o algo así. Pero verás, te estoy diciendo la verdad.'

'¿Cuánto más dinero? ¿De qué estamos hablando?' Al parecer Kylie está empezando a creer que la cosa es en serio. La tomo por los hombros con seriedad e intento mirar en sus ojos acuosos.

'Bueno,' digo con cautela, 'será casi el doble de lo que estoy ganando ahora.' (En realidad, va a ser mucho más que eso – pero no puedo decirle todo, ¿verdad?) Kylie me está mirando conmocionada.

‘¿Cómo puedes esperar que me trague esto?’ De repente, parece tener una idea: se acerca a mí y me mira profundamente a los ojos. Siempre ha creido que puede saber si alguien miente examinando sus iris (hizo un curso de iridología hace un par de años donde el gurú le “enseñó” cómo hacerlo). A la vez, me doy cuenta que los ojos de Kylie están enrojecidos, con los capilares dilatados. 'Sí,' dice al fin, su voz apenas un susurro, '¡creo que realmente me estás diciendo la verdad!' Sonrío y le beso la frente (lo cual es fácil – ella es muy bajita).

'¿Ves? Mira, cariño: ve y arréglate para que no llegues tarde al yoga. Voy a ocuparme de algunos de mis 'asuntos secretos', que resultan ser tener que resolver unas minucias para CIQ Hierro. Volveré para el almuerzo. Entonces podemos salir a celebrar. Quizás dar una vuelta hasta Hillary’s Boat Harbour. Tienen boutiques allí y, si quieres, comprarte lo que se te antoje. Podríamos ir a un café, dar un paseo y comernos un helado... ¿Qué opinas?'

Kylie continúa mirándome alelada. Se encamina hacia el baño, luego se detiene, da vuelta a mirarme, luego sigue su camino. Vuelvo a mi cereal. No llego a meter otra cucharada en mi boca cuando sale de nuevo:  

'¿Quieres decir que todo este tiempo has estado planeando algo... algo tan grande?'

'Sí,' digo, metiendo la cuchara en mi boca y sonriendo todo el tiempo. ‘Y ahora, por fin, todo ha encajado. Por eso me sentía débil el viernes: estaba bajo estrés, esperando a ver si Dixon cedía y aceptaba el trato. Y lo ha hecho. Esa llamada de Percy fue sólo una confirmación. Él es la única otra persona que sabe sobre esto.'

'¿Y de qué se trata ese 'contrato especial'?'

‘Solo cosas legales aburridas, mi caramelito. No te interesarían los detalles. Un par de grandes incorporaciones y adquisiciones. Significa que tengo que hacer papeleo y gestiones adicionales para CIQ, pero esta vez solo, sin Brad. Por ese trabajo,Por ese trabajo, CIQ va a pagarle a nuestra firma un bono cuantioso. Quieren que yo haga el trabajo. Pero le dije a Dixon que sólo lo haría si me tocaba la mayor parte de ese bono. Se vio obligado a aceptar; de lo contrario, otro bufete se haría con el trabajo. Así que puedes ver por qué Dixon está enojado: tiene que pagarme dinero que normalmente le tocaría, y eso es lo último que quiere hacer. Percy... bueno, él es solo un patán' Hago una pausa. 'Pero escucha, cariño, esto es importante: he tenido que prometer no hablar de ello, o de lo contrario el trato se cancela. No se me permite mencionarlo, nunca. Incluso a Dixon o a Percy. Es parte de nuestro acuerdo: lo hemos puesto todo por escrito. He firmado una cláusula de confidencialidad.' Kylie asiente y comienza a alejarse, luego reconsidera y regresa.

'Está bien... ¿ pero por qué no me dijiste esto antes?' Me río entre dientes.

'¿Y hacerte de ilusiones? No creo. ¿Y si accidentalmente se te zafa y le cuentas a Brad en el tenis o el yoga, justo cuando las negociaciones estaban en la cuerda floja? Eso habría reventado todo. ¡Sabes que no eres buena guardando secretos, bomboncito!'

Kylie asiente; esto es algo que no puede negar. De hecho, ella es más que feliz de admitirlo porque piensa que la libra de responsabilidad cuando suelta algo que no debía (‘¡Lo siento mucho, no pude evitarlo – es mi naturaleza!’).

Lo bueno de contarle una maraña así a Kylie es que le encantan las teorías conspirativas. Y cuanto más compleja se vuelve la historia, más dispuesta está a creerla.

Permanece todavía de pie en el pasillo, aturdida. '¿Entonces, realmente vamos a recibir como el doble de nuestro salario?'

'Sí.' Sigo comiendo mi cereal y sonriendo. Esta parte es completamente cierta. Ella no tiene por qué saber que por dentro me consume un pánico silencioso sobre cómo voy a lidiar con la realidad de replicarme para poder hacer dos trabajos al mismo tiempo. Hay tantos detalles que aún tengo que resolver, y menos de una semana para hacerlo.

Pero al menos mi confianza propia en este momento tiene en que apoyarse. Hay algo innegable: consta que acabo de recibir una oferta de trabajo, una que paga muy bien, muchas gracias. Y, a diferencia de la idea de falsificar billetes, es totalmente legítima.

'¿Y cuánto dura, este contrato especial?'

'Lo suficiente, cariño – al menos un año, pero probablemente dos o incluso más. Después de eso, ¿quién sabe? Habré establecido contacto con gente importante y aumentado mi currículum a nivel impresionante. Por todos lados ganamos.'

Por primera vez en mucho tiempo, he puesto a Kylie a sonreír de pura alegría. Levanta un puño al aire.

‘¡Sabía que podías hacerlo! ¡Lo sabía!’ En lugar de seguir al baño, corre hacia mí, salta, me entrelaza las piernas alrededor de la cintura, los brazos alrededor de mi nuca y me planta un beso firme en los labios, forzando su lengua en mi boca llena de cereal. Cuando termina, da un paso atrás y me señala con el dedo:  

‘¡USTED, señor, va a tener suerte esta noche!’ El dinero siempre ha sido el mayor afrodisíaco para Kylie. 'Poderoso caballero, don dinero.'

La sonrisa se desvanece lentamente de mi rostro mientras ella desaparece emocionada hacia el baño para arreglarse. De una forma u otra, hoy va a ser un día muy importante. Tengo mucho que decidir, mucho que planear y mucho que hacer. Estaría mintiendo si no admitiera que estoy petrificado. Nada es más aterrador que lo desconocido. Creo que eso es porque la imaginación siempre supera a la realidad en crear obstáculos. Asemeja  el ver un número enorme: no importa cuán grande sea, la imaginación siempre puede responder con un 'más uno'.

Al menos ahora no tengo que andar a escondidas. Sólo puedo tratar de confiar que Kylie sea capaz de contener la boca sobre nuestro 'gran secreto'.  Tendré que seguir reiterando que el 'trato se anula' en el momento que ella suelte la lengua. Me consuela el hecho de que cuando el dinero empieza a hablar, Kylie generalmente se queda en silencio.

Próximo: 5. ¿A dónde vas?